Los ocho menores que vivían con Anthony Avalos, de 10 años, fueron forzados a mirar y participar, revelaron medios de Los Ángeles.
Según los reportes médico y de la corte, el niño, que murió el 21 de junio, tenía golpes y cortadas en la espalda, el estómago, los brazos y las piernas, no podía respirar y además sufrió un golpe severo en la cabeza.
El abogado de la familia del Anthony, que denunció varias veces el maltrato del que era víctima, dijo que incluso vio en una fotografía lo que parecía ser la quemadura de un cigarrillo.
Los vejámenes a los que fue sometido duraron entre cinco y seis días, según el informe, y fueron infligidos por su mamá, Heather Maxine Barron, de 28 años, y su novio, Kareem Ernesto Leiva, de 32, que están presos y enfrentan cargos por tortura y homicidio.
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Los reportes dados a conocer indican que el maltrato llegó a tal punto que el niño no recibió comida, ya no podía caminar y permanecía tirado en el suelo.
Las 16 denuncias que realizaron los familiares de Anthony al Departamento de Servicios para Niños y Familias de Los Ángeles iniciaron cuando el pequeño tenía 4 años.
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"Estoy enojada porque se hicieron muchas llamadas", dijo Karla Avalos, una de las tías del menor.
"¿Qué pasa con el sistema?", se preguntó.
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