Una niña de cuatro años murió accidentalmente al interior de un castillo inflable, en un parque de diversiones ubicado en la ciudad de Mykolaiv, en el sur de Ucrania. Al parecer, las personas encargadas de la atracción se encontraban distraídas en el teléfono móvil cuando la menor se estaba ahogando.
Los hechos se presentaron el fin de semana cuando la familia quería pasar un rato agradable y diferente para aligerar el peso de la guerra que ha devastado su ciudad, sin embargo, lo que parecía ser un tarde de felicidad terminó convertida en una tragedia.
Los asistentes del castillo inflable encontraron a la niña de cuatro años enredada en una de las cuerdas de la estructura, luego de que la madre les pidiera revisar la atracción asegurando que no había escuchado la risa de su hija, Valeria, durante un tiempo.
Natalia Kuchynska, una amiga cercana de la familia, declaró en medios locales que, al principio, la madre de la menor pensó que su hija había perdido el conocimiento tras un golpe de calor mientras jugaba, así que trató de despertarla, pero ella no reaccionó.
Testigos de la situación llamaron a una ambulancia, mientras que otra persona le practicaba a la pequeña Valeria respiración boca a boca y compresiones torácicas, en un intento por salvarle la vida.
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De acuerdo con Kuchynska, en el parque de diversiones no había paramédicos que brindaran la atención de primeros auxilios y tuvieron que recurrir a medidas extremas como llevar a dentistas de una clínica cercana para que la niña recibiera algún tipo de asistencia médica.
Cuando el personal de la ambulancia llegó a la escena, fue demasiado tarde para Valeria. La niña fue declarada muerta en el lugar, como resultado de la asfixia.
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Según el relato de la madre, quien no deja de repetir el fatídico día, estaban a punto de irse para la casa cuando la niña le pidió el favor de que la dejara jugar por más tiempo dentro del castillo, solo unos minutos más. La mujer accedió y se dirigió a la zona establecida para los padres.
Según un informe presentado por las autoridades, el lugar tenía una vista obstruida hacia la atracción. Más tarde, la policía local descubrió que, al parecer, los tres miembros del personal encargados de la seguridad de los niños estaban distraídos con los celulares cuando ocurrió el accidente.
El propietario del castillo inflable, un hombre de 45 años, fue detenido por las autoridades y podría enfrentar hasta ocho años de cárcel si es declarado culpable del incidente. Por ahora, la investigación sigue en curso.
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