El primer ministro, Benjamin Netanyahu, aseguró el domingo 7 de abril que Israel está "a un paso de la victoria" en la guerra de Gaza y dijo que no habrá un alto el fuego hasta que Hamás libere a todos los rehenes.
"Estamos a un paso de la victoria. Pero el precio que hemos pagado es doloroso y desgarrador", dijo en un discurso ante el consejo de ministros con motivo de los seis meses de la guerra, que estalló el 7 de octubre tras un ataque sin precedentes contra Israel de milicianos de Hamás. "No habrá alto el fuego sin el retorno de los rehenes. Simplemente no ocurrirá", añadió.
Añadió que Israel no se opone a un acuerdo de tregua y culpó a Hamás de "exigencias extremas", cuyo objetivo es poner fin a la guerra "para garantizar su supervivencia, su rehabilitación, (y) su capacidad de poner en peligro" a los ciudadanos y soldados israelíes de nuevo.
"Ceder a las exigencias de Hamás le permitirá intentar repetir una y otra vez los crímenes del 7 de octubre, como prometió hacer", expresó, al tiempo que pidió presión internacional contra Hamás y no contra Israel.
En la noche hay convocada una manifestación antigubernamental multitudinaria en Jerusalén, en la que no solo participarán activistas sino también algunos de los familiares de los cautivos, que culpan a Netanyahu de estar más preocupado por su supervivencia política que por devolver a los suyos a casa.
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"Ciudadanos de Israel, no hay guerra más justa que esta y estamos decididos a terminarla con una victoria total", dijo Netanyahu, además de enumerar los tres objetivos que repite desde octubre: devolver a los secuestrados, eliminar a Hamás en toda la Franja de Gaza, "incluida Rafah", y garantizar que Gaza "ya no representa una amenaza".
Según Netanyahu, las tropas israelíes han terminado con "19 de los 24 batallones de Hamás, incluidos altos comandantes", además de haber capturado a milicianos y "purgado" el Hospital Al Shifa, el más importante de la Franja de Gaza y ahora totalmente inoperativo tras dos semanas de asedio israelí.
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"Destruimos fábricas de cohetes, armas, municiones y seguimos destruyendo sistemáticamente el subsuelo (en referencia a los túneles de Hamás). Estamos a un paso de la victoria. Pero el precio que se nos cobra es doloroso y desgarrador", manifestó como balance de estos seis meses.
En Gaza, según las últimas cifras del Ministerio de Sanidad gazatí del Gobierno de Hamás, han muerto 33.175 personas, dos tercios son mujeres y niños. Además, cerca de 75.890 personas han sido heridas y unos 7.000 cuerpos siguen bajo toneladas de escombros.
Apela a una unión nacional israelí
Netanyahu culpó también a Irán del ataque perpetrado por Hamás el pasado 7 de octubre, que dejó 1.200 muertos en suelo israelí y desencadenó la guerra, y urgió a sus ciudadanos a unirse "en la necesidad de seguir luchando hasta la victoria" total en Gaza.
"Esta guerra reveló al mundo lo que Israel siempre supo: Irán es quien está detrás del ataque contra nosotros a través de sus representantes. Y estos son muchos ataques. Desde el 7 de octubre hemos sido atacados en muchos frentes por los afiliados de Irán: Hamás (en Gaza), Hizbolá (en la frontera norte), los hutíes (de Yemen), milicias en Irak y Siria, y también otros ataques", enumeró.
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Y advirtió que Israel "está preparado -en defensa y en ataque- para cualquier intento" que busque dañarlo desde cualquier lugar. No obstante, recordó que para ello es necesario una "unidad" nacional; en una clara alusión a miembros tanto del Gabinete de Guerra como Benny Gantz, o líderes opositores como Yair Lapid, que le piden elecciones anticipadas.
"Precisamente en este momento, una minoría extrema y violenta está tratando de arrastrar al país a la división. No hay nada que nuestros enemigos quieran más. Quieren que la división interna y el odio gratuito nos detengan justo antes de la victoria", dijo Netanyahu, quien se opone a los comicios mientras dure la ofensiva en Gaza.
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"La mayoría absoluta del pueblo está unido en la necesidad de seguir luchando hasta la victoria", añadió, pese a que desde hace una semana se producen manifestaciones multitudinarias que piden, entre otras demandas como el retorno de cautivos, el fin de su gobierno.