El domingo 4 de febrero de 2024 habrá elecciones en El Salvador, donde el actual presidente Nayib Bukele tiene muchas opciones de ser reelegido como mandatario por 4 años más.
Sin embargo, en el año 2021, en la última elección de parlamentarios, estos, que son amigos de Bukele, llamaron a la Corte, sacaron a los jueces, pusieron togados cercanos a ellos, quienes permitieron la reelección.
Así la situación, en los próximos días el jefe de Estado sería reelegido presidente con un margen amplio: un 80% de los votos estarían a favor de él, desplazando al Frente Farabundo para la Liberación Nacional y Arena, que son las dos fuerzas políticas tradicionales.
Esto, sumado a las críticas de violación de derechos humanos en el país, hace pensar en una oposición muy debilitada y de un riesgo para la democracia en El Salvador.
La revista The Economist ha designado a Nayib Bukele como el primer dictador de los millennials.
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¿Qué opina Bukele de quienes lo llaman autoritario?
Al presidente salvadoreño Nayib Bukele no le preocupa que lo tachen de autoritario o de violador de derechos humanos. En la cima de la popularidad, se describe como el "dictador cool" que transformó y rescató a un país aterrorizado por las pandillas.
Con un respaldo del 90% de los salvadoreños, este publicista millennial de 42 años, el presidente más popular de América Latina según el Latinobarómetro 2023, tiene casi asegurada su reelección en los comicios del domingo.
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"El Salvador pasó de ser el país más peligroso del mundo a ser el más seguro de América Latina", dice el presidente, quien asegura que las pandillas mataron a por lo menos 120.000 personas desde el fin de la guerra civil en 1992.
Por pedido suyo, el Congreso instauró en marzo de 2022 un régimen de excepción bajo el que más de 75.000 presuntos pandilleros fueron detenidos. La cifra de homicidios cayó en picada.
Pero unos 7.000 inocentes han sido liberados. Organismos de derechos humanos denuncian arrestos arbitrarios, torturas o muertes en prisión. Como respuesta, él los acusa de defender pandilleros.
A pesar de las acusaciones y la polémica, su fama ha sobrepasado fronteras y en otros países del continente saltan voces que piden "un Bukele" para frenar la delincuencia.
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Acompañado de militares y policías, acudió en febrero de 2020 al Congreso, dominado por la oposición, para presionar por un crédito para su política de seguridad.
Al año siguiente obtuvo una abrumadora mayoría parlamentaria, que le permitió destituir al fiscal y a los magistrados de la Sala Constitucional que más tarde habilitaron su candidatura a la reelección, prohibida por la Constitución.