La periodista colombo-nicaragüense Krupskaia Alís falleció el miércoles 14 de febrero en Ciudad de México, lamentó el canal de noticias CNN.
“Periodista, mentora, cronista, familia y amiga, Krupskaia Alís, corresponsal de CNN, cubrió cientos de historias alrededor de México y Latinoamérica. Informó sobre golpes de Estado, elecciones presidenciales y captura de grandes capos”, compartió el medio.
Aunque no especificó el motivo de su deceso, CNN recordó grandes reconocimientos alcanzados por Alís al ejercer el periodismo y al hacer lo que más le apasionaba: “contar historias de dolor y esperanza de miles de personas que no tenían voz”.
“Como los migrantes, las madres buscadoras y las víctimas de la violencia, así como producir historias que generaran esperanza y fortaleza”, detalló.
También recordó lo difícil que resultaba identificarse en entrevistas o fuentes periodísticas por su peculiar nombre.
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“Krupskaia Alís… Alís es apellido, Krups-kaia es el nombre… ka-erre-u pe-ese-ka-i-a... krups… kaia… Así repetía en el teléfono, en ocasiones muchas veces, cuando solicitaba entrevistas, porque parecía que nadie podía escribir o pronunciar en el primer intento el nombre de Krupskaia Alis”, narró en el homenaje que hizo en su portal.
CNN consideró a Alís no solo como reportera y periodista, sino como colega y amiga.
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El canal sostuvo que, aun con su partida, su voz quedó grabada en la mente de quienes la vieron y escucharon narrar más de 1.000 noticias, las que gracias a "sus dotes narrativas se convertían en historias inolvidables”.
Krups, como la nombraban amigos y cercanos, nació en Cali (Colombia), se graduó como periodista de la Universidad Centroamericana, ubicada en Nicaragua, y su trayectoria es reconocida en toda Latinoamérica.
Junto a su familia, llegó a Nicaragua, donde comenzó como corresponsal en Centroamérica para NBC y Univisión.
En este segundo medio, Alís fue reconocida con un premio Emmy y el premio anual de la Unión de Periodistas de Nicaragua por su cobertura del paso del huracán Mitch por Centroamérica.
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El canal también recordó que llegó a CNN a finales de la década de los 90 como corresponsal desde “su entrañable Nicaragua”.
Después se mudó a Ciudad de México, “desde donde su mirada ayudó a informar con aguda precisión a las audiencias de todo el continente”.
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Entre sus coberturas más emblemáticas se destacó el golpe de Estado en Honduras contra Miguel Zelaya o sus recorridos por los sitios donde se escondió el narcotraficante mexicano Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, al ser capturado tras su segundo escape de prisión.
Mencionó sus constantes reportes sobre la problemática social y de seguridad generada por el tráfico de drogas, así como la violencia generada por los grupos criminales en distintas ciudades de México.
También dio seguimiento a las desapariciones de jóvenes en México como el caso de las 11 personas del Bar Heaven o los 43 estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa.
“Nunca lloró en cámara por más dura que fuera la realidad que la rodeaba”, enfatizó CNN, mientras recordó el Emmy alcanzado con su equipo tras la cobertura del desesperado llamado de una familia para rescatar a un ser querido sepultado bajo los escombros de un edificio en ruinas después del terremoto de 2017 en la capital mexicana.
Sin embargo, aclaró que “fuera de cámara, quienes trabajamos con ella sabemos que sí lloraba y que las lágrimas y la indignación afloraban cuando había que reportar la dura realidad que enfrentan las mujeres en nuestra región”.
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Además, reconoció que su distancia profesional nunca impidió su cercana calidez con los protagonistas de las historias que reportaba.
“Narradora de batallas humanas cotidianas pero a la vez extraordinarias, Krupskaia siempre supo acercar a la audiencia, como ella decía, dando voz a los que no tienen voz, a los periodistas silenciados, a las mujeres violentadas, a las víctimas de la naturaleza y de la crueldad de otras personas”, concluyó CNN.