La Secretaría de Salud de Oaxaca, México, confirmó el fallecimiento por rabia silvestre de una menor de 8 años de edad, quien al igual que su hermano de 7 años y su hermana de 2 años contrajeron la enfermedad al ser mordidos por un murciélago en su vivienda, en la Sierra Sur.
“Los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), informaron que la paciente de ocho años de edad, oriunda de la localidad de Palo de Lima, municipio de San Lorenzo Texmelúcan, quien se encontraba recibiendo atención médica en el Hospital General Doctor Aurelio Valdivieso, falleció este sábado 7 de enero”, señaló la institución en una tarjeta informativa.
Esta es la segunda muerte por rabia silvestre, contagio que fue confirmado por el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos.
El primer fallecimiento fue el de un menor de 7 años de edad, el pasado 28 de diciembre, quien era hermano de la pequeña que murió este sábado. Junto con otra hermana, de 2 años de edad, que fue dada de alta el 30 de diciembre, fueron mordidos por un murciélago mientras dormían.
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La menor de 2 años, quien es la única que sobrevivió de los 3 hermanos recibirá una segunda dosis de suero antirrábico en este mes para asegurar su salud.
El pasado 2 de enero, el director general de epidemiología del INDRE Gabriel García, confirmó en una conferencia de prensa que, tras una biopsia cerebral practicada al primer menor fallecido, se obtuvieron resultados positivos a rabia, en su variante V3 de murciélago hematófago, es decir, que se alimenta de sangre de mamíferos.
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Tras la confirmación, las autoridades informaron que en el municipio de Texmelucan y sus inmediaciones, donde los menores fueron mordidos, se aplicaron vacunas antirrábicas a animales de granja y se aplicarán 1.200 dosis más.
También exhortaron a la ciudadanía a no discriminar a las personas que se recuperaron o estuvieron expuestos a la enfermedad debido a que el virus de la rabia no se trasmite de humano a humano.
A finales de diciembre, el Gobierno mexicano descartó una alerta sanitaria, después de que trascendiera la existencia de cuatro casos clínicos compatibles con la enfermedad de la rabia: tres menores mordidos por "uno o varios murciélagos" de 2, 7 y 8 años y una mujer joven mordida por un gato semidoméstico en el sur y norte de México.