Tras 10 años de lucha contra las consecuencias, el cuerpo de Sam Ballard no resistió más.
Cuando Sam Ballard tenía 19 años estuvo en una descontrolada fiesta, en medio de la cual el grupo que lo acompañaba le impuso un reto: tragarse una babosa. Más allá de lo asqueroso que esto representaba, aparentemente no había mayor peligro.
Sin embargo, el molusco estaba infectado con un parásito llamado angiostrongylus cantonensis, el cual carcomió parte del cerebro de Ballard y lo dejó tetrapléjico. Desde allí empezó una lucha por salir adelante con una infección que día a día empeoró su calidad de vida.
Los problemas de salud finalmente lo llevaron a la muerte. En el hospital de Hornsby (Australia), cerca de donde nació, el exdeportista falleció rodeado de unos 20 amigos. Si bien muchos fueron quienes lo retaron a comerse aquella babosa, la mayoría se quedaron a su lado y realizaron campañas para recaudar dinero que invertían en sus tratamientos.
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Uno de los amigos de Sam afirmó que las últimas palabras del joven de 29 años fueron “te amo”, frase que le repetía una y otra vez a Katie, su mamá.
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Conozca más de la enfermedad que contrajo Sam al ingerir la babosa:
Perdió un reto con sus amigos, se tragó una babosa y quedó tetrapléjico