¿Vendería su casa por mantener su juventud? Pues la bloguera Kelly Beasley, residente de California, Estados Unidos, dejó todo de lado y se fue a vivir en una camioneta para patrocinar una cirugía plástica
que le dio un nuevo aire a su rostro.
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Beasley, de 50 años, comentó al South West News Service que hace dos años empezó a notar que la piel del rostro comenzó a caerse, una señal común del envejecimiento natural en las personas.
La mujer ya llevaba unos 15 años utilizando rellenos y otros procedimientos no quirúrgicos para mejorar su imagen. Sin embargo, sentía que seguir haciéndolos no iba a "marcar la diferencia" que ella quería, por lo cual investigó estrategias más radicales para lograr su objetivo.
En la búsqueda, encontró el estiramiento facial, conocido en el mundo médico como ritidectomía, un procedimiento quirúrgico en el cual se estira y reposiciona la piel y los músculos faciales para obtener un aspecto más joven y firme.
En ese sentido, decidió vender sus pertenencias con el fin de tener un “colchón” de dinero para los gastos. Pese a ello, quedó impactada cuando los cirujanos locales cotizaron el costo del procedimiento entre 50 y 60.000 dólares, lo cual oscila entre 198 y 238 millones de pesos colombianos.
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Como un golpe de suerte, vio un video de otra persona en TikTok en el cual recomendaba hacerse el procedimiento en Tijuana, México, pues solo por 14.000 dólares, unos 55 millones de pesos colombianos, había obtenido excelentes resultados.
Al ver más reseñas del sitio, encontró otras mujeres que compartían su experiencia y todas coincidían en la buena atención que habían tenido. Por lo tanto, se inscribió en una lista de espera y, aunque declinó ante el primer llamado, en febrero de 2023 tomó el paso y viajó a México para entrar al quirófano.
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“Fue el 14 de febrero, feliz San Valentín para mí”, comentó Kelly, contando que fue un procedimiento de 4 horas en las cuales le hicieron un estiramiento facial prolongado, un estiramiento de cuello y de labios, así como una transferencia de grasa de los muslos.
Menos de una semana después, y completamente llena de vendas, volvió a su país para continuar con la recuperación desde casa.
Aunque dice que no fue doloroso, admitió que a su cerebro le costó un tiempo asimilar su nuevo rostro en el espejo, pues cree que la cirugía le quitó 20 años encima.
Con su nueva cara y viviendo en una camioneta, no parece estar arrepentida de sus decisiones e incluso impulsa a otros a que no dejen que la vergüenza los detenga de hacer lo que los hace felices.
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“¿Por qué no vivir la vida más fabulosa? Parte de eso para mí es someterme a una cirugía plástica”, expresó la viajera.