Brasil está próximo a cruzar el doloroso umbral de los 500 mil fallecidos por coronavirus . Entre las víctimas que deja el impredecible virus se encuentran muchas mujeres embarazadas, que han padecido la virulencia de la variante P1 también conocida como la variante brasileña del COVID-19.
Tahis Ferreira no se cansa de mirar a Ezequiel, su bebé que llegó al mundo mientras ella estaba intubada tras ser atacada por la variante brasileña del virus.
“Fue genial regresar a casa, ver a mi familia y saber que Dios me dio la oportunidad de vivir otra vez. Muchas personas mueren, solo estoy agradecida por estar viva”, contó la mujer.
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En el hospital en el que Tahis dio a luz, los médicos luchan contra los estragos que la variante brasileña causa en las mujeres.
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“Creo que, con el cambio en la variante, vemos muchos procesos inflamatorios. La inflamación en las venas que es causada por el virus es mucho mayor, eso termina infectándolas”, indicó Patricia Sella, coordinadora de ginecología del Hospital Grajau.
Según datos del Observatorio Obstétrico Brasileño del COVID-19, la mortalidad entre mujeres embarazadas se ha duplicado en lo que va de 2021, con 55 decesos por cada 100 mil nacidos.
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Una cifra superior a la que estipuló la OMS , de 20 decesos por cada 100 mil nacimientos.
Conozca también la historia de Douglas Silverio, un brasileño que conoce de cerca las lamentables cifras mencionadas. La enfermedad le quitó a su esposa Vanessa, de apenas 33 años.
Él quedó solo con tres pequeños.
Las pérdidas por COVID-19 podrían detenerse con el avance del proceso de vacunación, mismo que se abre paso de manera lenta, ya que solo el 11.5% de la población ha sido inmunizada.