Indignación en la comunidad de North Carrollton, Estados Unidos, por el asesinato
de una mujer en embarazo que estaba a días de dar a luz. La mujer, identificada como Kerisha Johnson, fue víctima de varios impactos de bala al ser confundida con otra persona.
Mediante un comunicado oficial, el sargento L’Jean McKneely J confirmó que a los detectives de homicidios de la Policía de Baton Rouge, Luisiana, les fue reportado un tiroteo. Al llegar a la zona, encontraron a Kerisha, con 9 meses de embarazo, muerta en el sitio.
Las investigaciones desarrolladas por las autoridades señalan que Johnson iba a recoger a unas personas que asistieron a una fiesta, cuando fue baleada por unos jóvenes que departían en la reunión.
Según ABC7, las autoridades afirmaron que los tiradores “confundieron su coche con otro que había disparado una bala al aire ese mismo día”. Estos hechos terminaron con la vida de la mujer y su hijo no nacido.
En entrevista con el medio local, Deanna Williams, amiga de la víctima, se mostró devastada frente al hecho. "No tenía sentido. Y solo para saber que perdió su vida detrás, nada, ya sabes, ella era una persona inocente", dijo.
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La Policía de Baton Rouge arrestó y encarceló a Marque Porch, Gregory Parker y Derrick Curry, todos de 19 años.
WBRZ informó que Porch, uno de los culpables señalados, era funcionario de las prisiones de la Oficina del Sheriff de West Baton Rouge hasta su detención el domingo 16 de abril de 2023.
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El joven, que dijo haber proveído las armas utilizadas en el tiroteo, afirmó que temprano ese día habían sido baleados por otro desconocido que disparó contra su coche mientras se alejaba.
Los sospechosos fueron llevados a la Prisión Parroquial de East Baton Rouge, el único centro carcelario de alta seguridad para hombres en el estado de Luisiana, acusados por los delitos de asesinato en segundo grado y feticidio en primer grado. Las armas empleadas fueron sacadas de la zona antes de que las autoridades llegaran.
“Era una persona muy dulce. Te daría hasta la camisa. Era así de dulce. Esos recuerdos nunca se olvidarán", afirmó Williams.
Bobby Hardnett, un vendedor de la zona donde ocurrió el homicidio de la mujer en embarazo, hizo un llamado de atención a la comunidad en frente de las cámaras de ABC y afirmó que “estos chicos tienen todos estos problemas y cosas pasando. Tienen que encontrar formas diferentes o mejores de controlar su ira”.
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