Canadá no se repone del hallazgo de los restos de 215 niños indígenas dentro de un antiguo internado . Una de las sobrevivientes del sistema de educación estatal, que separó a 150.000 menores de sus familias y raíces, habló del terror que vivió en esas instalaciones.
En carne propia, Evelyn Camille conoce los horrores que esconden los muros de la escuela residencial indígena Kamloops, donde estuvo durante 10 años.
“Nos atraparon a los 7 u 8 años. Vinieron y nos llevaron en grandes camiones de ganado”, recordó.
Para ella, el hallazgo de los restos de 215 niños en el que fue su internado es tan solo una muestra de los abusos y vejámenes que padecieron con el programa estatal de educación que se impuso entre 1883 y 1996.
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“El dolor es demasiado profundo en nuestros corazones, en nuestras mentes, en nuestros cuerpos”, aseguró.
Dolor que carga a diario y con el que recuerda a esos compañeros que no volvieron a ver a sus familias.
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“Muchos se ahogaron en este río tratando de cruzar nadando. Esos niños no están contabilizados”, señaló.
Entre ellos están los restos de los más de 200 menores en el internado, institución que solo tenía registro oficial de 50 decesos.
"Eso fue un shock para nuestro sistema, volvió a abrir las heridas. Tan difícil saber que estos son bebés, bebés que están ahí y eso duele más", anotó Camille.
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En 2015, una comisión especializada habló de más de 4.000 niños muertos en esas instituciones regidas por comunidades religiosas, entre ellas la Iglesia católica, de la que aún esperan una disculpa.
“Esperamos que la Iglesia asuma y asuma la responsabilidad de su papel en esto y esté allí para ayudar en el duelo y la curación, incluso con los registros que sean necesarios”, expresó Justin Trudeau, primer ministro de Canadá.
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Un doloroso capítulo que mantiene abierta una herida histórica con las comunidades indígenas del país.