Al menos una persona murió y cuatro resultaron heridas en una revuelta nocturna en una prisión en la ciudad portuaria de Guayaquil, en Ecuador
, en la misma instalación de la que escapó en enero uno de los líderes de pandillas más temidos del país, dijo el Gobierno este Jueves Santo, 28 de marzo de 2024.
El viceministro de Seguridad, Lyonel Calderón, dijo que el número de víctimas era provisional a la espera de una "revisión completa de todo el centro penitenciario", ubicado en una ciudad convertida en un peligroso centro de exportación de cocaína desde los países vecinos.
"La situación está completamente bajo control", dijo a la emisora Teleamazonas.
En enero, la prisión regional de Guayaquil quedó en el centro de la atención después de que Adolfo 'Fito' Macías, líder de una de las pandillas más poderosas del país, escapara de la cárcel. Él sigue suelto.
Tras la fuga, el presidente Daniel Noboa impuso el estado de emergencia -que se ha extendido hasta abril- y declaró la guerra a las pandillas que han hundido sus garras en el país.
Los narcos tomaron represalias con una ola de violencia que provocó decenas de secuestros y dejó alrededor de 20 muertos.
El Gobierno ha desplegado soldados para retomar el control de las prisiones del país, que se habían convertido en el centro neurálgico (y campo de batalla) de pandillas vinculadas a los cárteles mexicanos y colombianos.
Desde 2021, más de 460 reclusos han muerto en brutales guerras de bandas tras las rejas.
El motín del miércoles fue el primero desde que Noboa asumió el cargo en noviembre. Los periodistas de la AFP escucharon disparos y vieron cómo se propagaban los incendios dentro de la prisión, una de las cuatro que componen un vasto complejo penitenciario en Guayaquil.
Ecuador, alguna vez considerado un bastión de paz en América Latina, se ha visto sumido en una crisis por la rápida expansión de los cárteles trasnacionales que utilizan sus puertos para enviar drogas a Estados Unidos y Europa.
Calderón dijo que un reciente repunte de la violencia era parte de un esfuerzo para "desestabilizar" el país antes de un referendo el 21 de abril sobre si se deben tomar medidas más duras contra el crimen.
Las medidas incluyen la capacidad de desplegar militares para respaldar a la Policía fuera de un estado de emergencia, permitir la extradición de ecuatorianos involucrados en el crimen organizado y aumentar las sentencias por terrorismo y narcotráfico.
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