Las fotografías de la hermana Ann Nu Tawng arrodillada frente a uniformados que pretendían reprimir protestas ha sido aplaudida, no solo en Birmania, sino en todo el mundo.
El día de los hechos, 28 de febrero, murieron 18 personas en medio de la intervención de las Fuerzas Militares de ese país , las cuales ejecutaron un golpe de Estado que se ha tornado sangriento desde entonces.
Por estas escalofriantes cifras la acción de la monja ha tomado más valor y fue entrevistada por la agencia AFP. "Me arrodillé rogándoles que no dispararan y torturaran a los niños, sino que me dispararan y me mataran a mí", dijo.
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A medida que avanzan las protestas exigiendo el retorno de la democracia, la junta ha intensificado constantemente su uso de la fuerza, utilizando gases lacrimógenos, cañones de agua, balas de goma y munición real.
Los manifestantes se volcaron a las calles de Myitkyina, la capital del estado de Kachin, con cascos y escudos caseros. Cuando la Policía comenzó a congregarse a su alrededor, la hermana Ann Rose Nu Tawng y otras dos monjas les suplicaron que se fueran.
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"La Policía los perseguía para arrestarlos y yo estaba preocupada por los niños", dijo.
En ese momento, la religiosa de 45 años cayó de rodillas. Momentos más tarde, mientras suplicaba que se contuvieran, los policías comenzaron a disparar contra la multitud de manifestantes detrás de ella.
"Los niños entraron en pánico y corrieron hacia el frente. No pude hacer nada, pero estaba orando para que Dios salvara y ayudara a los niños", manifestó.
Primero vio a un hombre con un disparo en la cabeza caer muerto frente a ella, luego sintió el escozor del gas lacrimógeno: "Estoy muy triste por lo que sucedió mientras les rogaba".
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