Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Push Noticias Caracol
Reciba nuestras notificaciones con lo último de:
Ahora no
Activar

Publicidad

Monja colombiana invitada a sínodo de obispos dice que “la voz de las mujeres tiene que resonar”

Liliana Hernández es la única monja colombiana que asistirá a la asamblea sinodal, donde por primera vez "los miembros no obispos, incluidas las mujeres, van a tener derecho al voto". En esta entrevista, afirma que "el rostro de la Iglesia es femenino".

Thumbnail

En el sínodo de la Iglesia católica, presidido por el papa Francisco , están mujeres, esta vez con voz y voto, y la hermana Liliana Franco es la única monja colombiana que participa en este grupo. En entrevista con Noticias Caracol, la religiosa habla, más allá de la experiencia de ser convocada, sobre el protagonismo que está tomando el género femenino.

¿Qué es el sínodo y por qué es importante para la Iglesia católica?
“El sínodo es una reunión que periódicamente hacen los obispos y a la que invitan a otros religiosos o laicos. Es una instancia en la que la Iglesia profundiza en distintos temas”.

¿Por qué este es considerado como histórico?
“Ya desde hace muchísimos años hay mujeres que asistimos al sínodo, también laicos o jóvenes que asisten a las asambleas sinodales, pero esta es la primera asamblea sinodal en que los miembros no obispos, incluidas las mujeres, vamos a tener derecho al voto. Por eso muchos consideran que es un momento histórico muy significativo. Yo pienso que, además, es una coyuntura en la que como Iglesia queremos profundizar nuestros modos relacionales y, sobre todo, nos estamos preguntando cómo servir mejor”.

¿Qué significa eso que se permita hasta ahora que las mujeres puedan votar?, ¿era algo que estaba en deuda?
“Yo creo que culturalmente, no solo en la Iglesia sino en la sociedad, tenemos una deuda con las mujeres, y estamos en un momento en el que gracias a Dios se van dando esos pasos que hacen posible que la mujer pueda participar. Si tú me preguntas por el rostro de la Iglesia, yo estoy profundamente convencida de que el rostro de la Iglesia es femenino, o sea, solo mirar cualquiera de nuestras parroquias o nuestros grupos, el 70% somos mujeres. ¿Quién lee, quién visita a los enfermos, quién lidera el grupo de catequistas? Somos mujeres. El aporte de la mujer en la Iglesia es muy importante, así como es el aporte en la sociedad, pero lamentablemente venimos todos en los distintos continentes de estructuras y modos sociales que son modos machistas, patriarcales en algunos casos, entonces estamos abocados a eso, a seguir caminando para posibilitar la dignidad de todos”.

¿Cómo siente ese llamado y qué significa?
“Estoy contenta, muy alegre. Tengo una experiencia profunda de ser y de sentirme Iglesia, y creo que todos estamos convidados a eso, a esa mesa común, a ese espacio en el que podamos buscar juntos la construcción colectiva. Me ilusiona poder participar de un espacio con hermanas de distintas partes del mundo. La Iglesia no es sorda a lo que vive la sociedad, entonces lo que viene como temática a cualquiera de las reuniones es precisamente lo que viven nuestros pueblos, la realidad de quienes migran, la realidad de la violencia, la realidad del hambre”.

Publicidad

¿Esto va a poder entonces cambiar un poco la visión y las directrices que va a tomar la Iglesia de aquí en adelante?
“Lo que queremos todas las mujeres es poder participar en la misión de la Iglesia, pero también en las tomas de decisiones, por eso la voz de las mujeres tiene que resonar y resonar con fuerza en este espacio y en todos los espacios en los que estemos construyendo sociedad”.

  • Publicidad