Uber fue sentenciada a pagar 1,1 millones de dólares a una mujer ciega, a la que conductores en San Francisco (EE. UU.) se rehusaron a llevar en 14 ocasiones.
Lisa Irving sostuvo que en algunos casos hasta fue agredida verbalmente y también se negaron a transportar a Bernie, su perro guía.
En otro caso de indolencia, narrado por Irving, un chofer le hizo creer que habían llegado a su destino y la abandonó en la calle.
Por tanto, la Asociación de Arbitraje de Estados Unidos determinó que se incurrió en una constante discriminación debido a la condición especial de Lisa.
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Además, llamó la atención a Uber por permitir que, pese a las faltas mencionadas, los conductores siguieran prestando servicio sin sanción alguna.
Irving señaló que esta decisión envía un claro mensaje y es un llamado a la no discriminación.
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