La Casa Blanca, controlada por Donald Trump , se sitúa en dos vías buscando bloquear la transición hacia un nuevo gobierno.
En el camino jurídico espera recaudar 60 millones de dólares para financiar su batalla legal y por eso está poniendo avisos en su página de campaña.
Han presentado demandas en Michigan, Georgia, Nevada, Pensilvania y Arizona, en donde pedían desde separar todos los tarjetones por correo hasta suspender el conteo de esos votos.
Todas fueron desestimadas al no no mostrar evidencias suficientes de fraude, según los jueces.
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"Él no va a conceder cuando al menos 600 mil tarjetones están en duda. No es mi trabajo determinar si son correctos o no, es el de ellos", indicó Rudolph Giuliani, uno de los miembros de su defensa.
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Giuliani anunció que espera presentar nuevas demandas en Pensilvania. Ya allí habían solicitado que se suspendiera la votación de tarjetones por correo y que se les permitiera a los observadores de la campaña de Trump que estuvieran más cerca de los puestos de conteo de votos.
"En el primer asunto, parar el conteo, fallaron. Y en la segunda cosa se alcanzó un acuerdo para mover a esos observadores de tres metros de distancia a dos metros de distancia. No hubo un cambio materia en absoluto", indicó Josh Shapiro, fiscal general de Pensilvania.
La campaña también le está pidiendo a la Corte Suprema que reabra un caso sobre el voto por correo en Pensilvania y que les permitan intervenir como partes del proceso. Aun no hay pronunciamiento al respecto.
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"Han estado perdiendo cada caso que han presentado luego de elecciones. Así que parecería más un truco de relaciones públicas que una teoría legal realmente estructurada", indicó David Becker, experto.
Pero en la vía administrativa también hay obstáculos con la negativa de Emily Murphy, directora de Servicios Generales de Administración, de firmar los documentos para autorizar 9,9 millones de dólares de financiación para el proceso de empalme con el nuevo gobierno.
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Mientras que la Casa Blanca sigue en silencio, ha trascendido que Jared Kushner, yerno del presidente, y la primera dama, Melania Trump, le han empezado a sugerir al jefe de Estado que debería reconocer el resultado de las elecciones.