En Estados Unidos sigue el drama de los niños que buscan llegar a este país solos, impulsados por desesperados padres que esperan que allí puedan tener un mejor futuro.
Un pequeño, hallado recientemente en medio de la nada, le dijo a la patrulla fronteriza que venía con un grupo de personas y lo dejaron.
“No sé en dónde están, me dejaron botado, venía a pedir auxilio. Me pueden robar, secuestrar o algo, tengo miedo”, se escucha decir al niño, entre lágrimas.
Unos 100.000 inmigrantes indocumentados fueron detenidos por la CBP en febrero tras ingresar por la frontera de 3.200 kilómetros con México, una cifra que no se veía desde mediados de 2019, antes de la pandemia. Y en marzo fueron aún más, según las autoridades.
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El gobierno de Joe Biden asegura que la frontera no está abierta, pero a diferencia de su predecesor Donald Trump, no deporta a los menores que llegan solos en números crecientes ni a muchas familias con niños.