Desconocidos entraron con rifles AK-47 a las instalaciones de la Escuela Secundaria de Ciencias del Gobierno, en el norteño estado de Katsina, dispararon al aire y causaron terror entre centenares de alumnos.
Según fuentes de seguridad, bajo anonimato, citadas por el medio local TheCable, el sábado por la noche todavía faltaban 345 estudiantes, si bien algunos podrían seguir refugiados en zonas boscosas, en sus casas o haber regresado sin ser contabilizados a pueblos cercanos.
"Los alumnos estaban siendo (forzosamente) sacados de la escuela cuando llegaron tropas del Ejército nigeriano y comenzó un tiroteo. Esto hizo que algunos estudiantes lograran escapar mientras los bandidos se marchaban con otros. Fue un escenario muy perturbador", describieron fuentes policiales al medio local ThePunch.
Por su parte, el gobernador de Katsina, Aminu Bello Masari, anunció en una rueda de prensa en las inmediaciones del colegio, localizado en la ciudad de Kankara, el cierre temporal de todos los internados estatales y pidió paciencia a los padres de los desaparecidos que se agolpaban en los alrededores.
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"Queremos asegurarles que haremos todo lo posible para rescatar a los escolares", aseguró en lengua hausa Masari,"mientras hablamos, los soldados se encuentran en el monte enfrentándose a los bandidos. Les ruego que tengan paciencia, rescataremos a los niños".
Según el gobernador, los supuestos autores de este ataque armado tendrían su base en el área boscosa Zango/Paula en Kankara, donde estarían enfrentándose militarmente a las fuerzas nigerianas por tierra y aire.
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"La operación militar cuenta con el apoyo del cuerpo aéreo. El presidente (Muhammadu Buhari) ha pedido a los miembros de seguridad que los atacantes sean neutralizados y que ningún estudiante desaparezca o resulte herido", confirmó la Presidencia de Nigeria en un mensaje de condena a través de su cuenta de Twitter.
Ataques y secuestros continuos
Este ataque en el castigado estado de Katsina se produce ocho días después de que el grupo yihadista Boko Haram masacrara a más de 100 agricultores en el estado de Borno (noreste), encendiendo todas las alarmas de una creciente inseguridad en el norte del país.
"Los terribles ataques contra comunidades rurales en el norte de Nigeria se repiten desde hace años. El continuo fracaso de las fuerzas de seguridad para tomar las medidas necesarias a fin de proteger a los locales de estos ataques predecibles es absolutamente vergonzoso", declaró en un comunicado la directora de Amnistía Internacional (AI) Nigeria, Osai Ojigho.
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Desde enero de 2020, esta organización ha documentado una escalada alarmante de ataques y secuestros en varios estados del noroeste y centro-norte de Nigeria -entre ellos, Kaduna, Katsina, Níger, Plateau, Sokoto, Taraba y Zamfara-, con al menos 1.126 personas asesinadas por grupos armados, según un informe de finales de agosto.
Más de 8.000 muertos
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El noroeste de Nigeria padece un conflicto en el que están involucrados una miríada de milicias de pastores nómadas, grupos armados, criminales y yihadistas, en cuyos ataques han perecido más de 8.000 personas desde 2011, según datos del International Crisis Group (ICG), mientras que más de 200.000 han sido desplazadas, casi un tercio de ellas al vecino Níger.
En las redes sociales, algunos nigerianos ya han comenzado a utilizar la etiqueta #BringBackOurBoys (traigan de vuelta a nuestros niños), en una clara alusión a la campaña internacional ‘Traigan de vuelta a nuestras chicas’ empleada tras el secuestro en 2014 de 276 menores de un internado en Chibok -noreste de Nigeria- a manos de Boko Haram.
Todavía se desconoce el paradero de al menos 112 de las menores.
"Un sistema de seguridad incapaz de detener todo este sinsentido demuestra ser totalmente inútil e inadecuado", aseguró en un comunicado la organización nigeriana Foro de Líderes del Cinturón Sur y Medio (SMBLF), que lamentó las similitudes de lo ocurrido en Katsina con el terror de Chibok.
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