Una youtuber estadounidense que exhibía su vida familiar y promovía estrictas prácticas de conducta fue condenada a cuatro penas de prisión consecutivas entre 1 y 15 años por el abuso infantil agravado de sus hijos. Trascendió que la señora mantuvo a dos de ellos en condiciones que los fiscales compararon con campos de concentración.
Ruby Franke, de 42 años y madre de seis hijos, se declaró culpable en diciembre de cuatro cargos de maltrato infantil con agravantes.
La socia de Franke, Jodi Hildebrandt, de 54 años, a la que describió como su "mentora", recibió la misma condena.
Desde 2015 la youtuber dirigía un canal de la red social llamado 8 Passengers, que ya fue eliminado. En ese espacio retrataba la vida cotidiana de su familia y promovía estrictas normas educativas.
Más tarde aparecería en un canal de YouTube dirigido por Hildebrandt, luego de separarse de su esposo.
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El fiscal de Utah, Eric Clarke, dijo que Franke y Hildebrandt mantuvieron a dos de los niños, que entonces tenían 9 y 11 años, en un "entorno similar a un campo de concentración".
"A los niños se les negaba regularmente comida, agua, camas para dormir y prácticamente cualquier forma de entretenimiento. Se les aislaba de los demás y se les escondía cuando venía gente a visitar la casa. También se les obligaba a realizar trabajos manuales al aire libre en el calor extremo del verano, a veces sin zapatos ni calcetines", agregó.
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Clarke también señaló que los niños fueron maltratados emocionalmente, "hasta el punto que cada uno creía, en cierta medida, que se merecían lo que les estaban haciendo".
El fiscal sostuvo que el hijo mayor "tuvo el valor" de huir y pedir a un vecino que llamara a la policía: "Sólo Dios sabe cuánto tiempo más podrían haber sobrevivido en esa situación."
La madre youtuber se disculpó por sus actos en la vista de sentencia ante el juez John Walton.
"Me hicieron creer que este mundo era un lugar malvado lleno de policías que controlan, hospitales que lesionan, agencias gubernamentales que lavan el cerebro, líderes eclesiásticos que mienten y codician, maridos que se niegan a proteger y niños que necesitan abusos", declaró.
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Franke afirmó que su paranoia "culminó en una actividad delictiva" y que estaba "dispuesta a rendir cuentas".