Tres meses después del caso ocurrido en la ciudad de Newport News, en el estado de Virginia, Estados Unidos, donde un niño de 6 años le disparó a una profesora
deliberadamente en un salón de clases, la madre del pequeño fue arrestada por los delitos de negligencia infantil y posesión de armas, luego de entregarse a la Policía.
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Según las autoridades, la mujer, identificada como Deja Taylor, de 25 años, habría comprado legalmente la pistola con la que su hijo le disparó a una profesora e imprudentemente la habría dejado al alcance del niño. Sin embargo, Taylor afirmó en meses anteriores que el arma estaba asegurada en un estante superior de su armario y con el seguro de gatillo puesto.
Cabe mencionar que debido a su corta edad, el autor del tiroteo no puede ser juzgado por el crimen, ya que no existe una base legal en la cual se le pueda acusar. Según el abogado Howard Gwynn, la “posibilidad de que un niño de 6 años pueda ser juzgado es problemática”. Además, manifestó que el pequeño es un menor de edad y que esto le impediría entender el sistema legal.
Por este motivo, la madre del niño fue acusada formalmente en el jurado, con los cargos de negligencia infantil y porte de armas de fuego, con los que podría llegar a pagar hasta seis años de prisión en caso de ser declarada culpable.
Deja Taylor, que se entregó a las autoridades, fue arrestada y posteriormente liberada tras pagar una fianza de 5.000 dólares, pero deberá regresar a la corte para otra audiencia donde se determinará la resolución del caso.
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Por su parte, la víctima, identificada como Abby Zwerner, pasó dos semanas hospitalizada luchando por su vida y tuvo que ser sometida a múltiples cirugías, luego de recibir un impacto de bala en la mano y en el pecho. Después de recuperarse, la mujer presentó una demanda en contra de varias entidades.
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Zwerner aseguró que este evento pudo ser prevenido por la escuela, ya que diferentes maestros habían advertido el comportamiento violento del menor y la posibilidad de que estuviera portando un arma el día del tiroteo, pero los directivos hicieron caso omiso a las advertencias.
Por este motivo, en las últimas semanas la maestra presentó una demanda por un valor de 40 millones de dólares en contra de algunos funcionarios escolares y la Junta Escolar de Newport News, acusándolos de negligencia al ignorar las múltiples advertencias.
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En su demanda, la víctima afirmó que el comportamiento violento del menor era regularmente alertado por los maestros frente a la administración de la escuela primaria, pero sus inquietudes siempre fueron descartadas: "A menudo, cuando lo llevaban a la oficina de la escuela para abordar su comportamiento, regresaba al salón de clases poco después con algún tipo de recompensa, como un dulce".
Debido a la conducta reiterativa del pequeño, se le exigió a los padres que debían acompañarlo a la institución, pero el día del incidente ninguno de los dos estaba presente.