Del lado palestino, donde por 7 días consecutivos han recibido bombardeos de las fuerzas armadas de Israel,
un hospital en Gaza recibe también llantos de vida. Con el eco de los combates, madres dan a luz en una sala de maternidad.
El nacimiento del pequeño Abdallah en un hospital de la Franja de Gaza resulta ser una esperanza en esta ciudad de la guerra, donde lo único que se contabiliza por estos días es lo perdido.
“A pesar de todos los ataques aéreos aleatorios, los cientos de mártires en todas partes y el dolor que el pueblo, la nación y las mujeres palestinas están viviendo, este sigue siendo un pueblo generoso y fértil, gracias a Dios”, dice el doctor Abdul Karim Al-hindawi.
Mohammed Salem, a sus 39 años, se convirtió en padre por quinta vez. Un verdadero gozo para la familia Salem y para él, que es un reportero de la agencia de noticias Reuters y ha documentado el dolor de la guerra en carne propia.
“Esto no fue fácil para mí, porque la mayor parte del tiempo estoy cubriendo funerales y un gran número de mártires. Mientras documentaba todo este horror, ya fuera en las calles o en los hospitales, recibí esta alegre noticia, que combina la felicidad con el dolor, pero claro, así es la vida y la vida debe continuar”, manifiesta.
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En la sala de maternidad del hospital en Gaza también nació Lara. Su mamá, Jamila Abd Rabbo, arriesgó su vida para llegar allí: “Considerando la guerra y la tragedia que estamos viviendo, vinimos aquí a pesar de tener miedo por nosotros mismos y por los que dejamos atrás, pero la sensación de tener un recién nacido nos dio más alegría y felicidad”.
El doctor Abdul y las enfermeras de este centro hospitalario saben que son blanco fácil en cualquier parte de la ciudad. No obstante, entienden su labor y no desfallecen en su servicio como cuerpo médico.
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“Nuestro papel es dar seguimiento a las condiciones médicas de las personas y cumplir con los deberes que se nos exigen como médicos en medio de esta difícil situación”, recalca el galeno.
En este punto de la guerra se estima que en Gaza la cifra de muertos supera los 1.530, entre ellos hay 500 menores de edad y más de 270 mujeres.