Una mujer de 35 años y madre de tres hijos quedó devastada al enterarse de que le tenían que amputar algunos dedos después de despertar de una cirugía plástica en la que gastó casi todos sus ahorros.
Shannyn Palmer voló desde Washington, Estados Unidos, a México para someterse a una abdominoplastia con reparación muscular, levantamiento de tórax y transferencia de grasa a sus caderas en agosto de 2022.
Ella indicó que investigó bien sobre la operación, que tenía un costo de 12.500 dólares (casi 60 millones de pesos colombianos). Además, afirmó que el médico que le iba a hacer la cirugía plástica tenía críticas positivas y estaba certificado.
Sin embargo, según información de New York Post, la cirugía plástica fue un éxito, pero cuando ella despertó de la anestesia sintió un fuerte ardor en las manos. Al aparecer, una de las enfermeras calentó unas bolsas de solución salinas para mantener calientes sus extremidades y así tomarle el pulso.
No obstante, la enfermera no habría verificado la temperatura de estas bolsas antes de ponerlas en las manos de Palmer, por lo que terminaron conquemaduras de segundo y tercer grado.
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“Me pusieron un ungüento y me vendaron las manos. Las ampollas eran tan grandes que simplemente se reventaban y las drenaban todos los días”, expresó la paciente.
Ella dice que estuvo hospitalizada cuatro días más en el hospital de México antes de regresar a los Estados Unidos para obtener una segunda opinión médica, luego de perder la sensibilidad en un pulgar y un dedo medio.
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Se sometió a 20 sesiones en una cámara de oxigenoterapia hiperbárica en un intento para salvar las manos, pero, tras semanas, esta mujer se tuvo que enfrentar a la dura realidad: los profesionales se vieron obligados amputarle los dedos más afectados por las quemaduras.
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"Me lo tomé bastante mal, ese fue probablemente uno de los peores días de mi vida. No creo que haya podido hacer nada para salvar mis dedos, el daño ya estaba hecho", manifestó.
Las heridas fueron cerradas con injertos de piel de sus muslos a finales de septiembre para que comenzaran a sanar.
Entretanto, el hospital de México en el cual la paciente fue atendida, en un principio, se negó a asumir la responsabilidad de las quemaduras de Palmer, pero posteriormente aceptó y pagó los gastos de la amputación y la terapia de recuperación de la mujer.
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