Tres hermanitas salvadoreñas
fueron abandonadas entre la maleza de un islote a su suerte por coyotes en uno de los afluentes más peligrosos del mundo: el río Bravo,
ubicado entre la frontera de México con Estados Unidos. Ellas podrían ser deportadas a su país de origen.
Alonso Carreón, miembro del Grupo Beta de Protección a Migrantes, fue el primero en hacer contacto con las pequeñas e indicó que se le “hizo un nudo en la garganta”, pues le hizo recordar a sus hijos.
“Sentí gratitud de que las encontramos. Impotencia, no me cabe en la cabeza cómo las dejaron ahí abandonadas”, afirma Héctor Godinez, coordinador del grupo Beta Piedras Negras.
La promesa que le hicieron los coyotes aJulia, la mamá de las tres hermanitas salvadoreñas, fue dejar primero a las pequeñas del lado de Estados Unidos y luego regresar por ella para cruzar, pero ese compromiso nunca se cumplió y las abandonaron a su suerte.
“Muchas veces es la necesidad realmente lo que los obliga a esto. La situación en la que están viviendo en sus países y eso es lo que los orilla precisamente a entregárselos a cualquier persona", indicó Rafael Martínez, coordinador de la Casa de Menores Migrantes.
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Las tres hermanitas salvadoreñas y su madre huían de la violencia que sufrieron en su país, Julia vino a la frontera con México a pedir asilo a los Estados Unidos, solicitud que habría sido aceptada.
“Hay un aviso positivo extraoficial de Estados Unidos del CDP de poder hacer una colaboración y hacer una reunión con Migración para poder así hacer su cruce a los Estados Unidos", declaró Franco González, presidente del DIF de Piedras Negras.
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Sin embargo, Migración en México les acaba de negar el apoyo y puso a Julia y sus hijas nuevamente en boca del lobo, es que aseguran que la joven madre contaba con un permiso migratorio en Chiapas, pero lo violó al salirse del estado y no siguió el proceso legal.
Julia dice que la mayor de sus hijas sufrió un abuso en El Salvador y por esos decidió salir de su país, pero ahora México la podría deportar al mismo lugar de donde vienen huyendo.
Ahora, la madre tendrá que entregarse a Migración y, de no hacerlo, las tres pequeñas serán deportadas, solas, sin su mamá.
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