Un ladrón le arrebató a una mujer que salía de trabajar su teléfono celular, emprendió la huida y -cuando estaba a punto de lograr su objetivo- la historia dio un giro que él jamás olvidará.
La víctima salió en su búsqueda con ayuda de una amiga suya que iba en carro y de algunos domiciliarios que, alertados por sus voces de auxilio, se sumaron al improvisado operativo.
A esta historia, ocurrida en la turística Mar del Plata, en Argentina, debe sumársele que la víctima resultó ser una antigua luchadora de jiu-jitzu brasilero, un arte marcial que consiste en aprender a manejar llaves con las manos y las piernas para reducir a su oponente.
“Hijo de p... andá a laburar, estoy todo el día encerrada trabajando como para que vos me robés”, le dijo la joven en repetidas ocasiones al hombre, mientras lo sostenía por el cuello y con sus piernas lo ataba para que no escapara, tal cual una anaconda.
Publicidad
A medios locales, la mujer llamada Brisa les dijo: “Mi primera reacción fue darme vuelta y correrlo. Había gente que estaba ahí y me pudo ayudar a agarrarlo”.
“Uno está todo el día laburando en el local, en pandemia, con el sueldo reducido, y este chabón en tres segundo se hizo la mitad de mi sueldo. Estoy enojada pero contenta porque recuperé el celular”, manifestó.
Publicidad
Además, explicó cómo alcanzó al ladrón: “Cuando me robó, me crucé a una compañera de trabajo en auto y lo perseguimos. Me bajé del auto, le golpeé la cabeza y le seguí golpeando, me dio mucha bronca e impotencia, yo salía de trabajar y me arrebató el celular. No me arrepiento de haberlo hecho. Estoy orgullosa y espero que este chico no vuelva a robar”.
El hecho sucedió el 10 de noviembre, pero aún tiene repercusiones en medios locales e internacionales.