El rector observó que las víctimas eran niños que no tenían recursos para limpiar sus prendas diariamente. Así que buscó una solución.
El matoneo llegó a convertirse en una barrera entre los alumnos. Tanto así, que el 85% de los niños no asistía a clase.
El director tomó cartas en el asunto y durante dos años buscó financiación del sistema educativo de la ciudad de Newark para convertir un antiguo vestier en un cuarto de lavandería gratuito.
Las donaciones de detergente y otros productos de limpieza no paran de llegar. El director espera que esto derrumbe la barrera que hay entre sus estudiantes.
Updated: agosto 23, 2018 04:45 p. m.