El Consejo de Derechos Humanos de la ONU prolongó hoy el trabajo de una comisión creada para recopilar, preservar y analizar las pruebas de los delitos que se están perpetrando en Ucrania, en una votación en la que Rusia -acusada de numerosos crímenes de guerra- solo contó con el apoyo de China y Eritrea.
China se posicionó como el mayor aliado que le queda a Moscú al votar en contra de la resolución, que condena la agresión de Rusia y enfatiza la necesidad de que los responsables de las violaciones de los derechos humanos durante este conflicto respondan ante la justicia.
Eritrea también se opuso a la resolución, pero países como Cuba y Bolivia optaron por la abstención, pese a que tienen posiciones muy claras contra resoluciones dirigidas a países específicos y que incluso en la sesión de hoy dijeron que el texto propuesto es sesgado y no promueve el diálogo ni la negociación.
El texto recibió así el apoyo de 28 países, 2 votos en contra, y 17 abstenciones.
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La resolución insta a Rusia a que coopere con los miembros de la comisión, a los que en el último año ha impedido la entrada en su territorio o en los territorios de Ucrania que controla, lo que ha llevado a los comisionados a complementar su investigación con entrevistas telemáticas, el estudio de material forense y de imágenes de satélite.
La comisión ha presentado ya dos informes al Consejo de Derechos Humanos en los que ha acusado a Rusia de crímenes de guerra, en una primera etapa por el gran número de ejecuciones extrajudiciales de civiles que perpetraron sus soldados, así como por crímenes de violencia sexual y ataques contra áreas residenciales.
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En el último informe presentado recientemente, la comisión dijo que la conducta de las fuerzas rusas continúa en la misma línea, aunque señaló que la deportación de niños ucranianos a Rusia, donde son enviados a centros de reeducación o entregados en adopción, constituye un nuevo tipo de crimen de guerra.
La embajadora de Ucrania ante la ONU en Ginebra, Yevheniia Filipenko, señaló que la labor de la comisión es esencial para que se haga responsables a los perpetradores de violaciones de los derechos humanos y para hacer justicia a las víctimas.
La Unión Europea (UE) se volcó en favor de Ucrania y apoyó la continuidad del trabajo de los comisionados, al tiempo que rechazó las acusaciones de que la guerra en Ucrania se está politizando.
"A los que hablan de politización les recordamos que aquí hay un solo agresor, que es Rusia", señaló la delegación de Finlandia, en su intervención en nombre del bloque comunitario.
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Alemania sostuvo que el traslado forzoso de niños ucranianos a Rusia "es una tentativa de robarle el futuro a Ucrania", mientras que Francia reclamó que se esclarezca esta práctica ilegal.
China defendió su apoyo a Rusia señalando que "la confrontación no es de interés de nadie" y que lo que se necesita es "promover conversaciones de paz y no atizar el fuego", en lugar de proseguir con la transferencia de armamento al Gobierno ucraniano.
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Rusia, que hace un año fue expulsada del Consejo de Derechos Humanos, pero ha continuado desde entonces participando como observador, decidió no hacer ninguna declaración en la sesión después de la votación, a pesar de que el presidente de este órgano preguntó a su embajador si quería hacer uso de este derecho.