¿Por qué llegó Haití a ese este trágico momento de su historia tras el asesinato del presidenteJovenel Moïse ? Para descubrirlo hay que escudriñar los móviles políticos que pueden estar tras el magnicidio y entender la guerra de poder que se libra en ese país del Caribe.
Jovenel Moïse fue perdiendo, uno a uno, los apoyos que le dieron la presidencia en el año 2016.
Durante los últimos meses, los opositores, sindicatos, empresarios, iglesias y varios sectores de la sociedad civil estaban pidiendo su renuncia.
Al parecer, algunos decidieron actuar por su propia cuenta.
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Tan pronto se anunció el crimen, Claude Joseph, primer ministro de Haití desde abril, se hizo cargo del Gobierno y decretó el estado de sitio.
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En teoría, se actuó según la Constitución, no obstante, dos días antes de su muerte, Jovenel Moïse había designado a un nuevo jefe de Gobierno, Ariel Henry.
Este no llegó a posesionarse, pero el nombramiento fue publicado esa semana oficialmente. Por lo anterior, algunos cuestionan la legitimidad de Claude Joseph.
“Estamos en un limbo terrible: un primer ministro Joseph de salida, pero que aún no había asistido a la juramentación del segundo. Entonces Henry tiene un documento en sus manos que dice que fue designado, pero fue despedido. Claude Joseph ha vuelto a tomar el poder, ese es el golpe”, recalca Patrice Dumont, senador haitiano.
Difícil resolver la encrucijada en un país casi sin instituciones. Jovenel Moïse no organizó elecciones parlamentarias desde que llegó al poder y los mandatos de los legisladores expiraron. Desde enero de 2020 ese país solo tiene 10 senadores en ejercicio, un tercio de las curules totales.
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Ante la crisis de la figura del primer ministro, 8 de esos 10 firmaron una resolución y le ofrecieron el cargo de mandatario provisional al presidente del senado, Joseph Lambert. Así que un tercero entró a la disputa.
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“Fue un intento de golpe. Es como cortarle la cabeza a una bestia y luego salen otras siete cabezas”, subrayó Dominic Clesca miembro de la Comisión de la Sociedad Civil.
Con semejante crisis institucional y los criminales controlando las calles, pocos creen que existan garantías para la realización de una campaña.