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La desgarradora historia del hombre que estuvo presente en dos bombas atómicas y vivió para contarlo

En 1945, el mundo presenció una de las tragedias más devastadoras de la historia: las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki. Uno de los sobrevivientes, el ingeniero Tsutomu Yamaguchi, contó su historia.

La desgarradora historia del hombre que estuvo presente en dos bombas atómicas y vivió para contarlo
Dos ciudades japonesas, dos explosiones devastadoras, y el fin de una guerra mundial que cambió para siempre el rostro de la guerra -
AFP

El 6 de agosto de 1945, la historia de la humanidad se vio marcada por la que sería una de las más grandes tragedias de la humanidad: los las bombas atómicas lanzadas por Estados Unidos sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki . El mundo ya se veía afectado por la Segunda Guerra Mundial, un acto de destrucción masiva que cambiaría para siempre el curso de la guerra y de la diplomacia internacional. En medio de este panorama se encontraba Tsutomu Yamaguchi, el único sobreviviente a esta tragedia con un doble certificado oficial. El hombre estuvo en ambos eventos destructivos, cuando las bombas Little Boy y Fat Man fueron lanzadas por el ejército de Estados Unidos, dejando una cicatriz en la vida de miles de personas. Esta es su historia.

La tarde en la que se lanzó la primera bomba, Tsutomu Yamaguchi se encontraba en Hiroshima por motivos laborales. A sus 29 años, estaba trabajando como ingeniero en la industria naval japonesa, en medio de la Segunda Guerra Mundial, cuando la ciudad se convirtió en el epicentro de un evento que cambiaría el curso de la historia humana para siempre. Fue a las 8:15 de la mañana cuando el cielo de Hiroshima se iluminó con un resplandor cegador, seguido de un estruendoso rugido. Yamaguchi, que caminaba cerca del puerto, fue alcanzado por el impacto de la explosión de la bomba "Little Boy", la primera arma nuclear lanzada sobre una ciudad en la historia de la humanidad, de acuerdo con lo explicado en los registros de la BBC.

El hombre trató de escapar con las pocas fuerzas que tenía

El destello de luz fue tan intenso que dejó a Yamaguchi temporalmente ciego. El sonido de la detonación le perforó los tímpanos, y las ondas de choque lo lanzaron al suelo, dejándolo con severas quemaduras en la cara, los brazos y las piernas. En medio del caos, con edificios colapsando a su alrededor y una nube hongo que se levantaba en el cielo, Yamaguchi apenas pudo reaccionar. Como tantos otros, su primer instinto fue escapar, pero las calles estaban colapsadas y la ciudad estaba sumida en el horror. La tragedia se apoderaba del lugar: personas quemadas, otras simplemente desvanecidas por la radiación, y el sonido de los lamentos, los más ensordecedores.

La desgarradora historia del hombre que estuvo presente en dos bombas atómicas
La desgarradora historia del hombre que estuvo presente en dos bombas atómicas -
AFP/ BBC

A pesar de sus heridas, Yamaguchi se las arregló para hallar refugio en un edificio cercano, donde pasó la noche, con el cuerpo cubierto de quemaduras de tercer grado, mientras su mente trataba de procesar lo imposible que acababa de vivir. La ciudad estaba destruida, la mayoría de los edificios habían quedado reducidos a escombros, y el aire estaba impregnado de un extraño olor a carne quemada.

Impactado por la bomba en Hiroshima, fue a su ciudad natal: Nagasaki

A la mañana siguiente, Yamaguchi, decidido a reunirse con su familia en Nagasaki, comenzó a caminar hacia su ciudad natal, sin saber lo que le esperaba. Mientras luchaba por recuperarse de las terribles secuelas de la explosión en Hiroshima, Yamaguchi logró llegar a Nagasaki el 8 de agosto. Pero apenas había puesto pie en su casa cuando, al día siguiente, el 9 de agosto de 1945, una segunda explosión estremeció el aire. Esta vez, la bomba 'Fat Man' fue lanzada sobre Nagasaki. En ese momento, Yamaguchi estaba pasando por la segunda bomba en menos de 4 días.

El impacto de la segunda bomba fue igualmente devastador. Sin embargo, a pesar de sus heridas de Hiroshima, Yamaguchi sobrevivió una vez más. Pese a las terribles secuelas físicas que sufrió, incluyendo quemaduras adicionales y daño irreversible a su salud, su cuerpo parecía desafiar las leyes de la naturaleza al resistir la fuerza letal de no una, sino dos bombas nucleares. Después de sobrevivir a dos de los ataques más mortales que la humanidad haya conocido, Yamaguchi pasó años recuperándose físicamente. Durante sus años de convalecencia, los médicos no tardaron en informarle al mundo que los sobrevivientes a la radiación los ponía en alto riesgo de desarrollar cáncer. Y así fue.

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Con el tiempo, Yamaguchi se convirtió en uno de los pocos sobrevivientes certificados por el gobierno japonés como "hibakusha" (sobreviviente de radiación). Este estatus le otorgaba derechos médicos y compensación por los efectos de la exposición a la radiación, pero, para él, lo más importante no era la compensación económica, más bien la misión de transmitir su experiencia al mundo. "Ahora puedo contarle mi historia a las futuras generaciones, incluso después de mi muerte", indicó Yamaguchi.

El impacto de los bombardeos atómicos en Hiroshima y Nagasaki
A pesar de que Hiroshima y Nagasaki fueron bombardeadas hace más de 70 años, los efectos de la radiación continúan siendo un tema central -
BBC

El hombre que sobrevivió a las dos bombas murió años después por cáncer

En 2009, 64 años después de los bombardeos, el gobierno japonés reconoció oficialmente que Yamaguchi había sobrevivido tanto a Hiroshima como a Nagasaki. El 4 de enero de 2010, Tsutomu Yamaguchi falleció a los 93 años, debido a complicaciones derivadas del cáncer de estómago, una de las enfermedades más comunes entre los sobrevivientes de las explosiones atómicas ocurridas en Japón.

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Para entender la magnitud de estos ataques, es fundamental en la Segunda Guerra Mundial. Desde 1937, Japón había comenzado su expansión por Asia, inicialmente con la invasión de China. Este impulso imperialista llevó a Japón a formar parte del Eje, junto a Alemania e Italia, en 1940. La ocupación de territorios asiáticos y el deseo de establecer una "Esfera de coprosperidad de la gran Asia" fue el principio de una serie de confrontaciones que culminarían en la guerra en el Pacífico. La entrada de los Estados Unidos en la guerra, tras el ataque sorpresa japonés a Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941, marcó el comienzo de todo. La resistencia japonesa parecía inquebrantable, y aunque la caída de Alemania en mayo de 1945 alteró el equilibrio de poder en Europa, el conflicto en Asia no mostró signos de terminar.

El proyecto Manhattan

De acuerdo con lo explicado por National Geographic, mientras se daba esta disputa en Asia, en secreto, Estados Unidos estaba desarrollando un arma que cambiaría la cara de la guerra: la bomba atómica. Bajo el nombre de Proyecto Manhattan, un equipo de científicos, incluidos Robert Oppenheimer, Enrico Fermi y Niels Bohr, entre otros, trabajaba sin descanso en los desiertos de Nuevo México para crear una tecnología capaz de desencadenar destrucción.

El 16 de julio de 1945, el primer ensayo exitoso de una bomba atómica tuvo lugar en el desierto de Alamogordo, Nueva México, con la prueba Trinity. Con la guerra aún en curso en el Pacífico y sin señales de rendición de Japón, el gobierno de los Estados Unidos decidió utilizar las bombas para obligar a Japón a rendirse y evitar una invasión que, según los cálculos, costaría millones de vidas, tanto estadounidenses como japonesas.

Hiroshima: la primera en caer

En la mañana del 6 de agosto de 1945, a las 8:15 a.m., un bombardero B-29 conocido como Enola Gay, pilotado por el coronel Paul Tibbets, voló sobre Hiroshima, una ciudad en el suroeste de Japón. A bordo de este avión iba la Little Boy, una bomba de uranio-235 de 4.400 kilogramos, con una potencia de 16 kilotones, lo que equivalía a la explosión de 16.000 toneladas de dinamita. Cuando la bomba explotó a unos 600 metros de altura sobre el centro de la ciudad, una explosión de luz y calor se desató, evaporando todo a su paso. La presión de la explosión, junto con las intensas temperaturas, destruyó por completo la infraestructura de la ciudad, y la radiactividad que se liberó arrasó a los sobrevivientes. La estimación más conservadora habla de aproximadamente 140.000 muertes, entre las inmediatas y las consecuencias a largo plazo de la exposición a la radiación.

Las imágenes de Hiroshima tras el ataque muestran una ciudad reducida a escombros. En las fotografías de la época, se observa una columna de humo que se eleva hacia el cielo, mientras que los edificios y las calles parecen desaparecer bajo una capa de destrucción total. Las víctimas, quemadas y desfiguradas, se arrastraban por las calles buscando auxilio en medio de la tragedia. Muchos de ellos, desconocedores de la magnitud del daño, intentarían sobrevivir en condiciones inhumanas.

 Los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki en 1945
Los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki en 1945: ¿cuántas personas fallecieron? -
Getty Images

Nagasaki: el segundo golpe

Solo tres días después, el 9 de agosto de 1945, el bombardero Bockscar lanzó sobre Nagasaki la segunda bomba atómica, Fat Man, de plutonio-239, con una potencia aún mayor, de 21 kilotones. La ciudad, que ya se había salvado de gran parte de los bombardeos convencionales debido a su geografía montañosa, no pudo evitar el destino que le aguardaba. La bomba explotó sobre la ciudad a una altitud de 550 metros, provocando una nueva devastación. Aunque el número de muertos en Nagasaki fue algo menor que en Hiroshima, alrededor de 70.000 personas perdieron la vida de manera inmediata, y muchas más sucumbieron a las secuelas de la radiación.

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El impacto de estos dos ataques fue tan desolador que, el 15 de agosto de 1945, el emperador Hirohito anunció la rendición de Japón en un mensaje radiofónico, poniendo fin a la guerra. Japón había sido golpeado de manera irreversible por la devastación atómica y la amenaza de más ataques similares. Seis días después, el 2 de septiembre de 1945, en la cubierta del acorazado Missouri, los representantes japoneses firmaron la rendición formal, lo que marcó el final de la Segunda Guerra Mundial. Hoy en día, los hibakusha, los sobrevivientes de Hiroshima y Nagasaki, siguen luchando por el reconocimiento de su sufrimiento y por un mundo libre de armas nucleares.

VALENTINA GÓMEZ GÓMEZ
NOTICIAS CARACOL
vgomezgo@caracoltv.com.co

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