La historia de Faye White, una joven de 19 años, parece ser sacada de una película debido a que afirma que desconocía que estaba embarazada y que solo lo supo cuando empezó el trabajo de parto en el baño de su casa.
La mujer, quien reside en Inglaterra, contó al medio Kennedy News que sospechaba estar embarazada, pero debido a que durante los 9 meses de gestación se hizo pruebas y “todas fueron negativas”, jamás pensó que estuviera creando una vida en su vientre.
Comentó que ella tiene una relación de 4 años con el papá de su hija, Aidan Behrens, de 21 años, y que no solían utilizar métodos anticonceptivos con regularidad, así que sabían que la joven corría el riesgo de quedar embarazada.
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White ya había estado embarazada en dos oportunidades, de la primera gestación nació su hijo Brody-Chase y en el segundo perdió al bebé a las 18 semanas.
Debido a su experiencia, para ella fue atípico este embarazo porque durante los tres trimestres tuvo su ciclo menstrual y su vientre jamás creció. Tan solo experimentó un poco de reflujo, síntoma que sí padeció en el pasado.
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El 6 de mayo de 2023, la vida de White y de Behrens cambió para siempre. Ella creyó tener una infección urinaria, pues “en la mañana me desperté con un chorro de agua gigante en la cama”, dijo. Pero se trataba de que acababa de romper fuente.
Pasaron algunos minutos y empezó a experimentar contracciones, en aquel momento supo que daría a luz. Narró que “entró en shock y en un estado de confusión" debido a que todas las pruebas de embarazo que se practicó habían salido negativas.
Tan pronto pudo, se levantó de la cama y “fui al baño porque sentí una presión muy fuerte y vi que algo salía. Regresé a mi habitación y resultó que era un pie. Terminé llamando a una ambulancia”.
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Le tomó dos horas dar a luz
Una vez llegó la ambulancia, White tan solo pedía que le suministraran morfina porque sentía demasiado dolor. Mientras tanto, le informaron que debía ser trasladada en helicóptero hasta el hospital más cercano para que hiciera todo el trabajo de parto, pero los planes cambiaron cuando la bebé nació en el vehículo.
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Ya que la menor venía en una posición complicada, White debió parir apoyada en sus manos y rodillas.
Aunque la situación la tomó por sorpresa, experimentó cómo su “instinto maternal” se despertó: "Está bien, ese es nuestro segundo hijo. Todo está arreglado. Solo estaba pensando en el bebé, solo quería verlo y asegurarme de que estuviera bien”.
Una vez llegaron al Hospital Broomfield le informaron a White que la bebé, a quien nombró Baby Luna, había nacido a las 37 semanas y que pesaba 6 libras.
En vista de la complejidad del parto, ingresaron a la menor a la UCI neonatal porque nació con una encefalopatía hipóxica-isquémica leve, lo que se describe como “un tipo de daño en el cerebro que se produce por una falta de oxígeno antes o poco después del nacimiento, lo que puede afectar el sistema nervioso central”, explicó Brigham and Women’s Hospital.
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Tras pasar 10 días en la UCI, Baby Luna pudo irse a casa con White, Behrens y su hermano mayor. Por ahora, esta familia debe estar muy al pendiente de la nueva integrante debido a que podría presentar problemas de salud por el daño que sufrió cuando nació.