En un caso que parece sacado de un thriller psicológico, una joven de 23 años que sentía curiosidad sobre cómo era cometer un crimen mató a una profesora, a la cual ni conocía. A la víctima la asesinó y descuartizó en su propia casa, tras hacerse pasar por alguien que no era.
La macabra escena se desarrolló en Corea del Sur. En junio de este año, Jung Yoo-jung fue arrestada en relación con el homicidio de una docente a la cual contactó por una página de tutores. Le hizo creer que estaba interesada en unas clases para una hija –que no existía-, pero en realidad se trataba de un plan para encontrarse con ella.
Dicen las autoridades que la asesina rastreó a por lo menos 54 posibles víctimas hasta que encontró una con la que pudo saciar su curiosidad acerca de cómo se sentía cometer un asesinato, obsesión que se desarrolló con el consumo de programas de televisión y libros de masacres.
El día del crimen Jung llegó a casa de la docente. Ya en confianza y dentro de la vivienda, procedió a apuñalarla hasta la muerte, pero no se quedó ahí. La acusada fue a un supermercado, compró contenedores y productos de limpieza, y luego procedió a desmembrar a la inocente mujer.
Después, a bordo de un taxi, empezó a deshacerse de algunas partes del cuerpo en distintos sitios. Fue precisamente el conductor quien notó un comportamiento sospechoso y avisó a las autoridades, que terminarían hallando partes del cadáver hasta en la casa de la joven homicida.
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El caso llegó a los juzgados de Corea del Sur y este viernes Jung Yoo-jung fue condenada a cadena perpetua por los delitos de asesinato, profanación y abandono de un cadáver.
La joven cometió el asesinato de la docente “a pesar de no conocerla de antemano, por sus propias razones perversas", destacó el jurado.
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La docente, a la que engañó diciéndole que estaba interesada en unas clases de inglés, nunca fue identificada públicamente, aunque trascendió que tenía 26 años.