Josef Mengele, conocido como el ‘ángel de la muerte’, fue un médico alemán, nacido el 16 de marzo de 1911, que torturó y asesinó a miles de personas, incluidos niños, durante de la Segunda Guerra Mundial.
El nazi elegía, a dedo y sin compasión, quiénes debían ir a la cámara de gas y quiénes vivirían para trabajar en los campos de concentración.
Su seudónimo del ‘ángel de la muerte’ se lo adjudicaron -principalmente- porque usaba a niños, en especial gemelos, para hacer experimentos en seres humanos, con la excusa de mejorar la genética.
Según la Enciclopedia del Holocausto , Josef Mengele recibía los trenes con prisioneros, judíos y gitanos, para elegir a los que serían parte de sus macabros experimentos, pues al igual que Hitler creía que había una raza superior.
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La mayoría de sus prisioneros morían en medio de las pruebas que, entre otras, incluían cambiar el color de los ojos de sus víctimas. Otros fueron asesinados antes de los tortuosos procedimientos.
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Pese a las atrocidades que cometió y que su nombre figuraba entre los nazis más buscados tras la guerra, el ‘ángel de la muerte’ no pagó por sus vejámenes, pues en 1949 huyó, con papeles falsos y ayuda de su familia, a Suramérica, propiamente a Argentina.
“Puesto que sus crímenes habían sido bien documentados ante el Tribunal Militar Internacional (IMT) y otros tribunales de posguerra, las autoridades de Alemania Occidental emitieron una orden de arresto para Mengele en 1959 y una solicitud de extradición en 1960”, recoge la Enciclopedia del Holocausto.
Como uno de sus pares, Adolf Eichmann, fue capturado en Buenos Aires (Argentina), el médico criminal se escondió en Paraguay y posteriormente en Brasil, donde murió el 7 de febrero de 1979 cuando sufrió un accidente cardiovascular mientras nadaba.
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