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Joe Biden, un tartamudo víctima de matoneo que superó la muerte de dos hijos y una esposa

A sus 78 años es el presidente más longevo en la historia de Estados Unidos. Como Trump, se ha visto envuelto en escándalos: siete mujeres lo acusaron de abuso.

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Joe Biden ha tenido que sortear muchas crisis para llegar a la Casa Blanca. No está cansado de hacer política, pero sí de sufrir pérdidas.

Nació en una familia de clase media en Scranton, Pensilvania, pero vivió la mayor parte de su vida en Wilmington, Delaware.

"No puedo pensar en nada más que me haya despojado de mi dignidad tan rápida, profunda y tan hondamente como cuando tartamudeé en la escuela primaria", reconoce el demócrata al recordar el bullying que soportó. Pero sobrellevó su problema gracias a la ayuda de su madre y a recitar poemas durante horas al frente de un espejo.

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En 1968 se graduó en la escuela de Derecho de Syracuse en medio de dificultades y acusaciones de plagio.

Durante esos años conoció a su primera esposa, Neilia Hunter, con quien tuvo tres hijos: Beau, Hunter y Naomi.

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Su primera elección fue como concejal de un condado en el norte de Delaware. Dos años después se postuló al Senado y resultó electo, tenía 29 años y ya era el sexto congresista más joven en la historia de Estados Unidos.

Días antes de posesionarse enfrentó su primera gran pérdida: un accidente automovilístico le quitó la vida a su esposa y a su hija de un año Naomi, un 18 de diciembre. Beau y Hunter, que se salvaron, fueron la única razón por la que Joe Biden se juramentó al lado de una cama de hospital, donde los niños se recuperaban.

Luego de tres años, siendo padre soltero, conoció a quien se convertiría en su compañera de vida, Jill Biden, su segunda esposa y madre de Ashley. Ellas dos, junto a Beau y Hunter, vieron cómo poco a poco el político volvía a vivir y ascendía, despertando admiración entre colegas y jóvenes como Chris Coons, hace 30 años su practicante en el comité judicial y hoy su sucesor.

"Lo he visto en momentos de enormes dificultades y tensión, tú sabes, un debate en la Casa Blanca, pero si sus hijos o nietos lo llaman al teléfono él se para y toma sus llamadas sin importar nada ni dónde, esa es una promesa de vida hecha a ellos", cuenta.

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Quizás son esos valores y ese carácter que destaca Coons los que le merecieron a Biden un paso brillante por el Senado durante 36 años, siendo presidente de los comités judicial y de asuntos exteriores e impulsando 42 leyes.

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También es recordado por presidir audiencias claves en el comité judicial en el marco de la guerra contra las drogas y por donde pasaron colaboradores del cartel de Medellín e informantes protegidos.

Buscó la presidencia, quizás de manera prematura, en 1987, con una campaña que nunca terminó de florecer. A los tres meses fue cancelada en medio de acusaciones de plagio.

También ha sido sujeto a críticas por sus votos en el Senado, en especial aquellos que definían si se iniciaban o no guerras como la del Golfo en 1991.

Biden se opuso a autorizar al entonces presidente George Bush a liderar una coalición internacional, autorizada por Naciones Unidas, para obligar a Sadam Husein a retirar sus tropas de Kuwait luego de haberlo invadido.

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Su voto negativo le mereció críticas a la postre, aún más luego de que 11 años después fuera él uno de los 77 votos que autorizaron la invasión de Irak bajo la administración de George W. Bush; lo que antes le pareció un error ahora era legítimo, escudado en la teoría de la posesión de armas de destrucción masiva.

El político siguió su carrera en el Senado hasta 2008, cuando nuevamente volvió a lanzarse al ruedo presidencial.

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En esa ocasión llegó hasta las asambleas de Iowa en las primarias, quedó de quinto y aun cuando su nombre no fue considerado para la presidencia sí apareció en el tarjetón como coequipero de Barack Obama.

Fueron ocho años en la Casa Blanca en los que recibió, de manos del jefe de Estado, el máximo reconocimiento que se le puede dar a un civil en Estados Unidos, la medalla presidencial de la libertad.

Tristemente, su segundo período en la vicepresidencia se opacó con la segunda gran pérdida que sufrió en su vida: su hijo mayor Beau Biden falleció de cáncer cerebral.

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La vida del demócrata tampoco escapa de las controversias. Siete mujeres lo han acusado de abuso. El testimonio más duro es el de Tara Reade, su exasistente en el Senado que contó en programas como 60 minutos de Australia los aberrantes detalles de cómo, en uno de los pasillos del Congreso, Biden habría abusado de ella

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“Él me dijo ‘te quiero coger’ y estaba susurrándome al oído, estaba besándome y yo me estaba tratando de escapar de él, entonces lo alejé… y tomó su mano, la puso debajo de mi falda”, afirmó.

El exvicepresidente ha negado constantemente los alegatos, así como los de otras mujeres que lo han señalado de tocarlas inapropiadamente.

Donald Trump lo ha tachado de dormilón y de viejo senil, rótulos que para Biden no son nada al lado de una vida llena de enfrentamientos y pulsos. El de esta ocasión, el más importante, puede ser también el último.

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