El presidente Joe Biden prometió este martes, 7 de febrero de 2023, que no le temblará el pulso en defender los intereses de Estados Unidos frente a China tras ordenar el derribo de un presunto globo de vigilancia, pero, en su discurso sobre el Estado de la Unión, mantuvo la puerta abierta al diálogo con Pekín.
En el discurso anual ante los legisladores, muchos de los cuales han presionado para que se adopte una línea con China, Biden hizo un llamamiento a invertir en el ejército, la tecnología y las alianzas para hacer frente a Pekín, considerado como el principal competidor de Estados Unidos.
"Estoy comprometido a trabajar con China allí donde pueda hacer avanzar los intereses estadounidenses y beneficiar al mundo", dijo Biden. "Pero no nos equivoquemos: como dejamos claro la semana pasada, si China amenaza nuestra soberanía, actuaremos para proteger a nuestro país. Y lo hicimos", dijo entre aplausos.
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Joe Biden afirmó que el país debe unirse en "ganar la competición" con China.
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"No voy a disculparme de que estemos invirtiendo para hacer más fuerte a Estados Unidos: invirtiendo en innovación estadounidense, en industrias que definirán el futuro que China pretende dominar", resaltó.
Pero Biden se abstuvo de usar un lenguaje belicista al mencionar por su nombre a su homólogo chino, Xi Jinping, con quien se reunió largo y tendido en noviembre en Indonesia.
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El mandatario estadounidense aseguró que le dijo a su homólogo que busca "la competencia, no el conflicto".
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China fue uno de los pocos asuntos de política exterior mencionados por Joe Biden en un discurso de más de una hora que llega mientras se prepara para una probable candidatura a las presidenciales de 2024.
También prometió apoyo a largo plazo para Ucrania, pero no mencionó a Irán, el conflicto palestino-israelí, Corea del Norte o el devastador terremoto de esta semana en Turquía y Siria.
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El Pentágono dice que China rechazó las conversaciones
Un avión de combate estadounidense derribó el sábado un globo chino considerado por el Pentágono globo de vigilancia, después de que cruzara el océano Atlántico.
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El episodio llevó al secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, a posponer una visita a Pekín destinada a reducir las tensiones, ya que acusó a China de violar la soberanía estadounidense.
Blinken declaró que pretendía mantener la comunicación con China. Pero en el Pentágono, un portavoz dijo que China rechazó una petición para hablar sobre el caso.
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El jefe del Pentágono, Lloyd Austin, pidió una llamada segura con su homólogo chino, Wei Fenghe, después de que Washington derribara el globo, dijo el general Pat Ryder.
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"Desafortunadamente, la RPC rechazó nuestra petición. Nuestro compromiso de abrir líneas de comunicación continuará", agregó Ryder en referencia a la República Popular de China.
China asegura que era un globo de observación meteorológica errante sin propósito militar, pero Washington lo califica de vehículo de espionaje a gran altura que sobrevoló instalaciones militares consideradas de alto secreto.
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Austin y Wei se reunieron en Camboya en noviembre pasado cuando Washington y Pekín intentaban rebajar la tensión después de una visita a Taiwán de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, que enfureció a China.
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El general Glen VanHerck, jefe del Comando Norte de Estados Unidos, dijo que un barco de la Armada inspecciona la zona para recuperar restos del globo, que tenía unos 60 metros de diámetro y transportaba equipos de más de una tonelada de peso.
VanHerck declaró que los restos del globo se estudiarían detenidamente.