Israel anunció la elaboración de un plan para ampliar su ofensiva militar a Rafah, en el extremo meridional de la Franja de Gaza fronterizo con Egipto, donde viven desplazados más de un millón de gazatíes. El Ejército de ese país aseguró que el despliegue incluirá la evacuación previa de civiles.
"Es imposible lograr el objetivo de la guerra de eliminar a Hamás y dejar cuatro batallones en Rafah", señaló un comunicado de la oficina del Primer Ministro de Israel.
Netanyahu ha ordenado a las Fuerzas de Defensa de Israel y al estamento de Defensa que presente al gabinete un "plan dual, tanto para la evacuación de la población como para la disolución de los batallones".
"Está claro que una operación masiva en Rafah requiere la evacuación de la población civil de las zonas de combate", señaló la nota oficial.
Los ataques israelíes contra Rafah, donde sobreviven hacinados 1,3 millones de palestinos -cinco veces su población habitual-, han aumentado en los últimos días y con ello el temor a una ofensiva terrestre del Ejército de Israel en esta zona, una opción que ahora cobra una nueva dimensión tras el anuncio israelí.
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Al menos nueve personas murieron la noche del 8 de octubre de 2024 en Gaza en dos ataques aéreos que se enmarcan en la ofensiva del Ejército israelí contra el enclave palestino, donde ya han fallecido cerca de 28.000 personas y unas 67.500 han resultado heridas en cuatro meses de guerra.
Los cadáveres de cuatro hombres, tres niños y dos mujeres fueron trasladados al hospital Abu Yousef al Nayar, en la localidad meridional de Rafah, como pudo constatar EFE; y los bombardeos aéreos tuvieron como objetivo dos viviendas residenciales en la zona de Tal al Sultan y en Jerbet al Adas.
Preocupación internacional
Tanto la ONU como EE. UU. han expresado su preocupación ante una posible expansión de la ofensiva terrestre del Ejército israelí a Rafah, último refugio para más de un millón de gazatíes que llevan cuatro meses huyendo de los combates.
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El secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, de visita en Israel esta semana, aseveró que los ataques de Hamás del 7 de octubre "no son una licencia para Israel para deshumanizar a otros" (civiles gazatíes); mientras que el Departamento de Estado advirtió ayer de que una operación militar en Rafah sin la adecuada planificación para evacuar civiles sería "un desastre".
"No apoyaríamos algo así sin una planificación seria y creíble sobre el más de un millón de personas que se refugian allí”, indicó ayer el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Vedant Patel.
Mientras que la ONU ha advertido de que los bombardeos indiscriminados en zonas densamente pobladas puede constituir un crimen de guerra. "La intensificación de las hostilidades en Rafah, en estas circunstancias podría provocar la pérdida a gran escala de vidas de civiles", declaró esta semana Jens Laerke, portavoz de la Oficina de Coordinación de Ayuda Humanitaria de la ONU (OCHA).
Estupor en Rafah
Entre la población desplazada de Rafah reina el estupor tras el anuncio. "Quieren aterrorizarnos, desplazarnos, someternos a hambruna. Ya lo intentaron en el norte", afirmó a EFE Rafaat al Ras, un refugiado de la ciudad de Gaza, cansado del continuo desplazamiento.
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"Estamos aferrados a nuestra tierra, aguantaremos y regresaremos a nuestras casas", dijo apelando a la resilencia del pueblo palestino.
Pero otros no están dispuestos a arriesgarse más. "Con una operación militar la situación empeorará mucho por la gran densidad de población. Habrá masacres", indicó Ahmed Rafiq Shahin, quien volverá a mudar a su familia a "donde quiera que el enemigo nos diga que es seguro".
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"No tenemos donde ir. Nos quedaremos, qué remedio", afirmó Mohamed Hafza si las tropas israelíes entran a Rafah.