Para que su esposo no perdiera un viaje de trabajo una mujer llamó al aeropuerto de Ezeiza, en Argentina , con el objetivo de pausar las operaciones con una irresponsable excusa: inventó haber puesto una bomba.
Con la seria amenaza que esto puede acarrear, la terminal aérea tuvo que abrir una rápida investigación, pues esta persona se comunicó con el call center y dijo lo siguiente: “Puse una bomba dentro de una mochila en uno de los baños del sector de arribos internacionales”.
Las directivas se tomaron muy en serio la comunicación y avisaron a las autoridades, las cuales hicieron el rastreo de la llamada y ataron cabos para descubrir quién estaba tras la amenaza.
La mujer no logró su cometido, pues en todo caso el esposo perdió el vuelo con destino a Chile y todo porque llegó tarde, ni siquiera por la amenaza de la falsa bomba.
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Los investigadores rastrearon la llamada y encontraron a la señora con su esposo, el hombre al que había transportado hasta el aeropuerto previamente.
La situación, que ocurrió hace menos de un mes y fue reseñada por La Nación
, no quedó solo en una ‘broma’. La mujer enfrenta un proceso que le puede acarrear varios años de prisión. “Será reprimido con prisión de dos a seis años el que, para infundir un temor público o suscitar tumultos o desórdenes, hiciere señales, diere voces de alarma, amenazare con la comisión de un delito de peligro común, o empleare otros medios materiales normalmente idóneos para producir tales efectos”, señala el código penal de ese país.