María Isabel San Agustín estuvo tras las rejas desde el año 2011, acusada por un secuestro
que no cometió. La indígena torturada terminó confesando algo que no hizo, pero logró salir en libertad por un indulto otorgado por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Se me hizo justicia”, dijo entre lágrimas la madre de 4 hijos a la que habían sentenciado a 65 años de prisión.
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La indígena torturada dijo que tras ser capturada “me golpearon todo el tiempo en el cuerpo, me pusieron una bolsa de plástico en la cabeza, sobre la bolsa me taparon la boca con la mano”, todo para que confesara algo que no hizo.
“Me hicieron firmar papeles culpándome que yo había cometido el delito. Pasé 10 años recluida lejos de mi familia”, afirmó la mujer, que agregó que en la prisión hay muchos inocentes como ella.
María Isabel recobró su libertad gracias a un indulto otorgado por AMLO en México
a presos torturados -como ella-, que purgan una pena por delitos no graves, que llevaran 10 años tras las rejas sin sentencia o ancianos enfermos.
Al llegar a su casa, la indígena torturada fue recibida con mariachis y por fin pudo dormir tranquila junto a los suyos.