El camello fue vendido en octubre del año pasado, pero el 27 de junio la nostalgia hizo que el animal abandonara su nuevo hogar para embarcarse en un arduo viaje de más de 100 kilómetros por el desierto de Gobi y tratar de regresar a su antigua casa.
“Estas cicatrices fueron causadas por cercas de alambre mientras intentaba regresar a nosotros. Todavía no están completamente curadas”, contó Temur, dueño original del camello, señalando las heridas del animal.
El animal, que tiene una edad muy avanzada -ya que la esperanza de vida promedio de la especie es de solo 30 años-, caminó durante siete días en el desierto, atravesó acantilados, pasó por lechos de ríos secos y cercas de metal para encontrar el camino de regreso antes de ser visto por un pastor, quien lo llevó a su casa y contactó a su dueño.
“Tiene veinte años. Nunca la venderé de nuevo. Ha caminado tratando de regresar. No la encadenaré, ni permitiré que nadie la lastime nunca más. Ella es libre de hacer lo que quiera de ahora en adelante”, manifestó el propietario del camello.
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Al enterarse del valiente y apasionado intento del animal por regresar a casa, Temur y su familia se conmovieron tanto que contactaron a su amigo para comprarla de nuevo.
Después de reunirse, se llevó a cabo una ceremonia especial de tradición local para dar la bienvenida al fiel camello de vuelta a casa.
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