Una turba de bolsonaristas radicales
generó caos en Brasilia al tomarse el Congreso, la casa presidencial y la Corte Suprema de Brasil. El primer edificio al que accedieron fue al legislativo. Allí superaron una barrera policial y luego subieron la rampa que da acceso al techo de la Cámara de los diputados y del Senado.
Fue solo cuestión de tiempo para que los miles de enardecidos manifestantes se tomaran las sedes judicial y ejecutiva.
El Palacio de Planalto, ya sin vidrios, se convirtió en el mirador de hombres y mujeres que observaban el despacho presidencial bajo su completo control. Una mujer, con la bandera de Brasil, gritaba "libertad".
Luego arribó la fuerza pública para restablecer el orden en Brasil. La batalla campal poco a poco menguó. Escuadrón antidisturbios, efectivos a pie y carabineros dotados de gases lacrimógenos dispersaron y controlaron a los manifestantes.
"Hoy lo que presenciamos es la materialización de una política sistemática en contra de la izquierda en Brasil (...) Hay un país fracturado internamente": Manuel Rayran, docente, investigador e internacionalista, en diálogo con Noticias Caracol
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El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, calificó a los miles de protestantes “como auténticos vándalos, destrozando lo que encontraban delante de ellos”.
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“Creemos que hubo falta de seguridad y quería decirles que todas esas personas que hicieron esto serán encontradas y castigadas. Se darán cuenta de que la democracia garantiza el derecho a la libertad y a la libertad de expresión, pero también exige que las personas respeten las instituciones creadas para fortalecer la democracia”, agregó.
¿Cuáles son los retos de Lula da Silva frente a estas manifestaciones? Manuel Rayran, docente, investigador e internacionalista, analiza la situación de Brasil, en diálogo con Noticias Caracol
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Por lo menos 150 personas fueron detenidas por los disturbios en Brasil y, de ser halladas culpables, se enfrentarán a una pena de entre 4 y 12 años de cárcel porque se les aplicaría un artículo del código penal que castiga a quien intente derrocar un gobierno legítimamente electo.
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¿Qué dijo Jair Bolsonaro?
Por su parte, el presidente del partido de Jair Bolsonaro afirmó que la invasión en Brasilia no los representaba.
Fueron varios los países que condenaron el asalto de simpatizantes del expresidente Bolsonaro. Lo consideraron un "intento de golpe de Estado" y "fascista", y expresaron su apoyo inquebrantable al mandatario Lula da Silva.
Líderes políticos como los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y de Colombia, Gustavo Petro, se pronunciaron en redes sociales sobre lo ocurrido en Brasil. Esto dijeron los mandatarios:
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