El huracán Helene se ha convertido en el más mortífero y destructivo en tocar Estados Unidos desde Katrina en 2005, con al menos 202 personas muertas y cientos de desaparecidos. Este 3 de octubre, el presidente Biden visitó las zonas más afectadas de Florida y Georgia, donde poblaciones como Swannanoa y Asheville enfrentan el arduo camino hacia la reconstrucción tras el paso de la tormenta a través de 10 estados.
Hasta ahora, más de 200 muertes han sido confirmadas, mientras que cientos de personas siguen sin ser localizadas. En Tennessee, familiares buscan a seis trabajadores de una fábrica de plástico, en su mayoría mujeres latinas, que no habrían sobrevivido a la inundación.
Un representante de las familias dijo que “ellos necesitan respuestas, las familias merecemos respeto y todos aquí merecemos igualdad”. Se ha abierto una investigación sobre el empleador, que presuntamente no permitió que los trabajadores abandonaran su lugar de trabajo cuando se acercaba la tormenta, y les amenazó con el despido.
Emergencias por huracán
Jimmy Erwin, director de la Agencia de Manejo de Emergencias del condado de Unicoi, comentó: “Cada una de las familias son muy importantes para mí y es muy importante darles un cierre”.
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En Carolina del Norte, donde la devastación es más intensa, Kim, madre de Jessica, busca a su hija desaparecida. “Fue entonces cuando chocaron contra algo y se separaron en ese punto y cayeron al río. Esa fue la última vez que él la vio”, relató Jessica Meidinger sobre el trágico momento.
Tras visitar la zona del desastre, el presidente Biden anunció el despliegue de mil efectivos de la Guardia Nacional en las Carolinas para ayudar en las labores de búsqueda y rescate. Hoy, el enfoque está en Florida y Georgia, donde la necesidad de apoyo es apremiante.
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