Un aberrante caso tiene consternados a los habitantes de Brasil, luego de que un hombre de 42 años secuestró a una niña para presuntamente usarla como esclava sexual. La menor fue encontrada dentro de un apartamento, amarrada en una cama, con signos de abuso y moretones en el cuerpo, mientras el sujeto fue capturado.
De acuerdo con las autoridades, los hechos se presentaron el miércoles 28 de junio de 2023 cuando el secuestrador, con ayuda de su novia, una joven de 22 años, durmió a la niña utilizando un pañuelo empapado de cloroformo, la metió en el interior de una maleta de viaje y luego la arrastró por la calle hasta llevarla a su auto.
Luego, aparentemente, arrojó el teléfono celular de la menor en una zona boscosa del municipio de Luziania. Según revelaron las autoridades, después de ser arrestado, el hombre que secuestró a la niña confesó que tenía "inclinaciones pedófilas".
El momento del secuestro quedó captado en las cámaras de seguridad cercanas a su propiedad. Acorde con los oficiales de la policía local, tres días antes del secuestro, la pareja había estado investigando los alrededores del colegio donde estudiaba la víctima para cometer el crimen.
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En las imágenes se observa cuando el hombre forcejea con la menor, a quien lleva en una maleta cubierta con una manta gris, y la arrastra por una calle, una acera y dos tramos de escaleras hasta su apartamento.
La grabación permitió a las autoridades llegar hasta donde se encontraba encerrada la menor y fue descubierta en el interior de un apartamento, atada de los pies a una cama, con moretones en el cuerpo y evidentes signos de violencia sexual.
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En la propiedad, a nombre del sujeto que secuestró a la niña, los agentes también encontraron dispositivos de descargas eléctricas, cámaras, juguetes sexuales y material pornográfico.
Por otro lado, se conoció que el secuestrador tiene una hija, había trabajado en el sector de tecnologías de la información en un banco y que se había ofrecido como voluntario en diferentes hospitales infantiles.
Por su parte, su novia tiene otros dos hijos y se presenta en redes sociales como una persona cristiana.
Por el crimen, la pareja se enfrenta a 30 años de prisión por los cargos de restricción ilegal agravada, abuso sexual de una menor y tortura.
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