Estaba encerrado en un cubículo en una corte cuando rompió el techo y empezó a treparse. Agentes lo agarraron de las piernas y evitaron que escapara.
El insólito hecho se registró en Moscú, donde es juzgado el joven de 18 años Leonid Graiser por el asesinato de su hermana mayor, con quien vivía.
Graiser estaba en la corte, dentro de un cubículo, cuando se subió a una silla y empezó a abrir un hueco en el techo. Los policías no supieron cómo reaccionar en un comienzo y una uniformada iba a abrir de la celda cuando el reo ya tenía medio cuerpo en el ducto de ventilación.
Otro agente se encaramó de inmediato y logró agarrar de las piernas al confeso homicida.
Otros dos policías se unieron al operativo y con tasers y golpes consiguieron que regresara al cubículo.
Graiser confesó que había asesinado a su hermana porque Satanás lo obligó.
El día que cometió el crimen fue hallado desnudo junto a la víctima, en la que dibujó símbolos demoniacos con sangre.
“Hice lo que tenía que hacer”, les dijo a las autoridades, y agregó: “No me arrepiento”.