Un tribunal alemán condenó a cadena perpetua a un hombre de 29 años por el asesinato e intento de violación
en 2022 de una adolescente de 14 años a la que previamente había conocido y extorsionado por redes sociales.
La sentencia subrayó además la especial gravedad de los hechos, que conducirán a que el condenado, Jan P., no pueda ser liberado bajo prácticamente ninguna circunstancia en los próximos 15 años, según informaron medios alemanes.
Según el tribunal de Giessen (centro de Alemania), el hombre asesinó a la adolescente -cuyo cuerpo fue hallado en una zona rural a 400 kilómetros de su hogar- porque esta se negó a mantener relaciones sexuales con él.
El caso de la niña Ayleen conmocionó al país en julio del año pasado y alentó además el debate sobre las redes sociales y el riesgo del cybergrooming, el fenómeno en el que un adulto manipula a un menor a través de internet con objetivos sexuales.
Ayleen vivía cerca de Friburgo, en el sur de Alemania, pero, tras desaparecer del hogar familiar, su cuerpo fue hallado en las inmediaciones de un lago en Giessen, en el centro del país, con señales de haber sido estrangulada.
Publicidad
El rastreo de los movimientos de su teléfono móvil condujo a los investigadores al guarda de seguridad Jan P., que admitió el asesinato durante el proceso.
Según la reconstrucción de la justicia, el agresor intercambiaba desde hacía meses mensajes con Ayleen a través de la aplicación Snapchat y la había extorsionado para que le enviase fotografías y videos de contenido sexual.
Publicidad
Posteriormente, viajó a la localidad de la víctima y la obligó a montar en su automóvil, bajo amenaza de que, de lo contrario, mostraría las imágenes a sus padres o incluso mataría a su familia.
Un perito psiquiátrico que declaró en el juicio señaló que Jan P. no ha mostrado ningún tipo de remordimientos y presenta posiblemente un trastorno de la personalidad. Advirtió, además, que era altamente probable que pudiera cometer otros delitos semejantes.
Según la Fiscalía, Ayleen no era la única menor con la que había chateado el condenado, quien había tratado de amenazar también a otras adolescentes para que se encontraran con él, tras hacerse con su ubicación a través de Snapchat.
Con anterioridad, Jan P. había pasado diez años internado en una institución psiquiátrica, después de tratar de estrangular y violar a una joven cuando contaba 14 años de edad, pero seis meses antes de los hechos un tribunal había levantado finalmente las medidas de vigilancia que pesaban contra él.