
Tras divorciarse, David Werking decidió mudarse a casa de sus padres con todas sus pertenencias, incluyendo su gran colección de pornografía.
Un día cualquiera no halló su preciado tesoro y encontró que sus padres lo habían desaparecido. Además de reclamarles, decidió llevar el caso a la justicia, pues según él estaba avaluada en 29.000 dólares.
El fallo salió a favor del hijo bajo el argumento de que la pareja no tenía derecho a deshacerse de esa colección, ya que era de su propiedad, informó Associated Press News .
No obstante, los padres alegaron que actuaron bajo la premisa de que son los propietarios de la vivienda. Tras escuchar este argumento, el juez comentó que “los acusados no tienen ningún estatuto o jurisprudencia que respalde su afirmación de que los propietarios de la casa pueden destruir la propiedad que no les gusta”.
Publicidad
Ahora el hijo podría buscar una compensación económica.
Puede leer:
Publicidad