Thomas Kwan, un médico residente de Newcastle, ideó un plan macabro para acelerar la muerte de su padrastro, Patrick O’Hara, de 71 años, y así reclamar una propiedad que la madre de Kwan había dejado a nombre de su pareja.
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O’Hara y la madre de Kwan llevaban más de 20 años juntos, y la herencia, una propiedad ubicada en la ciudad que vivían, estaba destinada a ser entregada tras la muerte de este hombre. Sin embargo, la impaciencia de Kwan por recibir la fortuna lo llevó a tomar medidas drásticas.
Kwan planeó a detalle el envenenamiento de su padre
La historia comenzó cuando Kwan se registró en un hotel bajo una identidad falsa un día antes del ataque. Para disfrazarse, compró una peluca y un bigote, adoptando un acento inglés con matices asiáticos para no ser reconocido. También adquirió equipo médico con el objetivo de hacerse pasar por un enfermero, según información recogida por BBC.
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El día del incidente, Kwan ingresó a la casa de O’Hara, donde también se encontraba su madre, disfrazado de enfermero. Con una jeringa en la mano, le aseguró a O’Hara que le aplicaría una dosis de refuerzo contra el Covid-19, una excusa que utilizó para acercarse a la víctima sin despertar sospechas.
Sin embargo, en lugar de la vacuna, le inyectó una sustancia tóxica que comenzó a causar un dolor insoportable en el cuerpo del hombre.
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El padrastro reaccionó rápidamente al veneno
En cuanto la sustancia entró en las venas de O’Hara, este comenzó a sentir un intenso ardor en su brazo, seguido de un dolor insoportable que lo hizo gritar pidiendo auxilio. Kwan, al ver el sufrimiento de su padrastro, salió corriendo de la casa antes de ser identificado.
La madre de Kwan, al observar la altura y el comportamiento del supuesto enfermero, comenzó a sospechar que su propio hijo estaba detrás del intento de asesinato. Rápidamente, llamó a la policía para denunciar el hecho, lo que inició una investigación exhaustiva.
El joven dejó pruebas que lo delataron de haber cometido el crimen
Durante la investigación, la policía descubrió cámaras ocultas en la vivienda, las cuales Kwan había instalado previamente para vigilar los movimientos de su padrastro y su madre. También hallaron en el historial de búsqueda de su computadora consultas sobre sustancias tóxicas y métodos para envenenar a una persona sin dejar rastros evidentes.
Gracias a la rápida intervención de los servicios de emergencia, O’Hara fue trasladado a un hospital, donde los médicos lograron salvarle la vida. Sin embargo, el daño causado por la toxina fue tan severo que los cirujanos tuvieron que amputar una parte del brazo donde había sido inyectada la sustancia.
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Aunque su vida fue salvada, O’Hara aún se encuentra en recuperación debido a las secuelas del ataque. Los médicos determinaron que había sido envenenado con yodometano, un pesticida inusual que Kwan había preparado en secreto.
El hombre fue capturado y confesó lo que hizo
El inspector detective Jason Henry, de la policía de Northumbria, calificó las acciones de Kwan como "despreciables", señalando que el médico había utilizado sus conocimientos profesionales para ejecutar su plan y engañar a su víctima.
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Aunque Kwan creyó haber encubierto sus huellas, fue arrestado dos días después del ataque gracias a la abrumadora evidencia en su contra.
El hombre será sentenciado el próximo 17 de octubre, y se espera que enfrente una larga condena en prisión. Su abogado ha reconocido que el castigo será inevitable y ha solicitado que se emita la sentencia lo antes posible, mientras el tribunal continúa evaluando los detalles del caso y el impacto en las víctimas.
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