La historia de Qamar Gul, una niña de 15 años que vengó la muerte de su padre y madre a manos de combatientes talibanes, saltó a los titulares del mundo.
Los atacantes irrumpieron a medianoche en su casa ubicada en la provincia de Ghor. Así narra ella misma lo sucedido.
“Estábamos durmiendo, cuando alguien llamó a la puerta. Mi madre preguntó quién era y la persona dijo: 'somos combatientes islámicos'. Mi madre no abrió la puerta, ellos la derribaron. Sacaron a mi madre y a mi padre de la casa y los mataron a tiros justo delante de mis ojos. No pude hacer nada. Agarré el arma de mi padre, maté a dos de ellos y herí a otro con la ayuda de mi hermano”, relató la adolescente.
El arma con la que abrió fuego es un AK-47 que su mismo padre le enseñó a utilizar y que no dudó en disparar contra los hombres que lo mataron.
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Después de lo ocurrido, aldeanos y milicianos progubernamentales llegaron al lugar a proteger a Gul y a su hermano de 12 años, y terminaron de expulsar a los combatientes que quedaron con vida.
Según las autoridades, el motivo del ataque fue el presunto apoyo del padre, que era el jefe de la aldea, al gobierno.
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Sin embargo, el diario estadounidense New York Times reveló que también involucró una disputa familiar, y que uno de los atacantes que Gul mató era su propio esposo que pretendía llevársela a la fuerza, sin pagar una deuda que tenía con su padre.
Lo cierto es que, en medio de una cultura brutal para las mujeres, donde las niñas son intercambiadas a temprana edad y a menudo violentadas, la historia de Gul produjo todo tipo de reacción en las redes sociales, donde su imagen se hizo viral y la califican de heroína.