Familiares y compañeros de escuela sepultaron a un par de hermanitos que fueron asesinados en el sur de México,
en la carretera de El Espinal, en el Istmo de Tehuantepec, del estado Oaxaca. Las víctimas eran Perla, de 9 años, y Wilbert Daniel, de 6.
El padre de ambos menores de edad, que vivían en una zona marginada del municipio de Juchitán de Zaragoza, fue detenido como sospechoso del presunto infanticidio desde que acudió al lugar a identificar los cuerpos de sus hijos.
La Fiscalía de Oaxaca determinó que las dos víctimas, que hacían trabajo infantil, murieron en un sitio diferente al del hallazgo de sus cuerpos y que la causa del deceso fue por asfixia.
“Las víctimas tenían entre dos y cuatro horas de haber fallecido a partir de la hora del hallazgo de los cuerpos, realizado el pasado sábado alrededor de las 7:05” de la mañana, señala el informe de autoridades.
Medios locales informaron que los hermanitos fueron vistos por última vez la noche del viernes 17 de febrero, cuando dijeron que iban a jugar con sus vecinos, pero no regresaron.
Se estableció que no hubo reporte de los familiares cuando ambos niños desaparecieron de su hogar, donde la madre no vive desde hace tres años.
En el interior de la vivienda, habitada por otros cinco menores de edad, se colocó un altar con velas para que los hermanitos recibieran el rito del bautizo post mortem.
Antes de la salida del cortejo fúnebre, familiares y amigos clamaron justicia.
"Pedimos justicia para Daniel y Perlita, no le debían a nadie, ellos eran unos niños amorosos, solo alguien sin corazón, sin piedad, pudo haberles arrebatado la vida, ellos no merecían eso”, expresó una vecina que prefirió no ser identificada.
El cortejo recorrió las principales calles de Juchitán encabezado por los alumnos de la escuela Saúl Martínez, en donde los hermanitos Perla y Wilbert estudiaban el cuarto y primer grado de primaria.
Como señal de duelo, los estudiantes se vistieron de blanco y en sus manos llevaban flores y globos blancos.
El maestro de los niños llamó lista y todos los niños respondieron al escuchar el nombre de los hermanitos asesinados.
Los menores fueron sepultados en el panteón Domingo de Ramos con sus pertenencias, como ropa, juguetes y zapatos, de acuerdo con la creencia indígena zapoteca de la región.
Al momento de enterrarlos, familiares y compañeros de escuela gritaron "justicia, justicia".
El gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, precisó horas antes que existe otra línea de investigación relacionada con problemas de la familia con otro grupo de personas.
"Lo que nos dice la Fiscalía es que fueron ahorcados y fue de esa manera un asesinato",
indicó el mandatario.
"Se está investigando, se está llevando a cabo una investigación y se va a detener a quienes fueron culpables de esto, no puede haber impunidad", prometió.
El gobernador reveló que, presuntamente, los familiares de los hermanitos "fueron amenazados y les decían que iban a castigarlos donde más les dolía".
El crimen refleja la ola de violenta en México, donde la Red por los Derechos de la Infancia en México reportó que durante el año pasado 1.605 personas menores de 17 años de edad, 426 mujeres y 1.265 hombres, fueron asesinados en México.
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