Las tareas del cuidado del jardín se convirtieron en una actividad de alto riesgo para Peggy Jones después de que, en una desafortunada consecución de sucesos, terminó siendo atacada por un halcón y una serpiente
al mismo tiempo.
Jones, de Silsbee, una pequeña ciudad de Texas, Estados Unidos, contó a KPRC que el 1 de agosto de 2023 se encontraba montada en su tractor cortando el césped de la casa cuando, de la nada, una serpiente cayó del cielo y se le enredó en el brazo.
“La serpiente apretaba con tanta fuerza que yo agitaba los brazos en el aire. Y luego, este halcón se abalanzó sobre mi brazo una y otra vez”, comentó la mujer, quien no dejaba de pedir alguna clase de ayuda divina para dejar de ser atacada.
Tras un momento de estar peleando con el ave rapaz, esta logró arrancarle la serpiente del brazo e irse por los aires con su presa.
Sin embargo, el forcejeo, donde el terzuelo se abalanzó sobre ella en al menos 4 ocasiones, dejó heridas profundas en su brazo, por lo cual su esposo debió llevarla a un servicio de emergencias para ser atendida.
"Probablemente, el halcón había dejado caer la serpiente después de atraparla y solo intentaba recuperar su comida", aseguró un usuario de redes sociales.
Una vez estuvieron allí, los médicos le trataron los cortes que el halcón le generó y los moretones que aparecieron por la presión que hizo el reptil en la extremidad superior. Pese a ello fue afortunada, puesto que, aunque estuvo cerca a ser mordida por la serpiente, esta no alcanzó a hacerlo.
“Descubrí que el lente de mis anteojos estaba roto y había veneno de serpiente en ellos”, señaló.
Curiosamente, esta no es la primera vez que Peggy es atacada por un animal, pues hace años sobrevivió a la mordedura de una serpiente venenosa.
Aunque los halcones no suelen atacar al ser humano, generalmente arremeten en su contra cuando se sienten amenazados o necesitan proteger su territorio. Los expertos recomiendan que, en caso de ser asaltado por uno, debe mantenerse la calma, proteger la cabeza y no hacer movimientos bruscos ni gritar.
"¡Me siento la persona más afortunada del mundo por haber sobrevivido a esto!", comentó Jones, quien ahora mirará al cielo cuando esté haciendo las labores de jardinería en exteriores.
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