Aunque se habla de unos 85 muertos tras el atentado en Kabul, los sobrevivientes dicen que fueron más las personas muertas. Pese al temor de que haya nuevos ataques, lo único que buscan miles de ciudadanos es ser evacuados de Afganistán.
Nazir Ahmad, que sobrevivió a la explosión, dijo desde la cama de un hospital que “cuando ocurrió todo me caí al agua, pensé que solo yo había quedado con vida y vi que todas las demás personas estaban muertas, había más de 300 personas muertas en el arroyo”.
Este viernes había afganos que seguían sin noticias de sus seres queridos y acudían a los hospitales donde fueron trasladadas la mayoría de las víctimas.
Abdul Mayid buscaba a su hermano, que estaba en el aeropuerto. "Quería irse al extranjero. No sé si pudo entrar finalmente al aeropuerto o no porque los estadounidenses bloquean el acceso", dice.
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"Era un estudiante, tenía talento, pero debido a la situación del país quería irse, como todo el mundo", explica.
"Acompañó a una familia al aeropuerto, se fue sin nada, sin papeles. Y la explosión ocurrió cuando avanzaban hacia la entrada", agrega, angustiado, contando que no lo ha encontrado entre las decenas de heridos y fallecidos que ha visto desfilar en las últimas horas.
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Otros llegan al centro médico a pie, exhaustos después de una noche sin dormir, y se sientan a sus puertas a la espera de noticias.
En videos se ve cómo un hombre sale del hospital con el teléfono en la mano, enseñando una fotografía del familiar que estaban buscando y que acaban de encontrar con vida, pero muy malherido.
En un tuit enviado el viernes, el hospital de Kabul gestionado por la ONG italiana Emergency, que ha recibido a decenas de víctimas, afirma que la situación sigue siendo "todavía bastante crítica".
"Nuestros tres quirófanos han estado trabajando toda la noche", decía el mensaje. "Tenemos personas en cuidados intensivos".
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Final de la cuenta atrás para salir tras atentado en Kabul
Otros afganos abandonan el hospital cargando un ataúd en la parte trasera de una camioneta e intentando retener las lágrimas. Es el caso de un adolescente, que esconde la cara enrojecida entre las piernas, tras subir al vehículo y colocarse al lado del féretro que su familia acaba de recuperar.
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Esto sucede a pocos días de que concluya la retirada de las tropas extranjeras de Afganistán, el 31 de agosto, y por tanto los vuelos de evacuación masivos, mientras muchos afganos siguen intentando salir del país.
Desde mediados de agosto, cuando los talibanes entraron en Kabul y retomaron el poder, han sido evacuadas más de 100.000 personas.
El jueves, los ciudadanos, desesperados, desoyeron las advertencias de varios países occidentales sobre el riesgo inminente de un atentado en Kabul y siguieron acudiendo con la esperanza de entrar en un avión.
Ellos dicen no tener salida y deben intentarlo todo y aún con amenazas terroristas regresan al aeropuerto.
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"Nuestras vidas están en peligro y no estamos en una buena situación y el mundo entero debería saberlo", afirma un ciudadano.
Sin marcha atrás, la misión de Estados Unidos seguirá con sus operaciones hasta la fecha límite, el 31 de agosto.
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Tras el atentado en Kabul, un avión militar estadounidense aterrizó en España con 400 personas, que junto a Italia y Suecia finalizaron sus operaciones de evacuación y adelantaron su retirada.
Reino Unido lo hará en unas horas.
Ben Wallace, ministro de Defensa británico, manifestó que "aproximadamente a las 4:30 de esta mañana autorizamos el cierre del hotel Baron, que es nuestro centro de procesamiento, y trajimos a los británicos, obviamente funcionarios del gobierno que estaban trabajando allí, nuestro Ejército y, de hecho, las personas que estaban trabajando dentro de él. Así que ahora está cerrado".
Las autoridades de ese país informaron que tres de sus ciudadanos, uno de ellos un menor de edad, fallecieron en el atentado en Kabul.