El vuelo 1282 de Alaska Airlines perdió parte de su fuselaje en pleno vuelo,
aunque pudo aterrizar a salvo en el aeropuerto de Portland, Estados Unidos. Algunos de los 177 pasajeros que iban a bordo narraron los momentos de angustia que pasaron.
Jessica Montoia contó que salieron “a tiempo. Ya habíamos estado volando por varios minutos y luego escuchamos una explosión, cayeron las máscaras de oxígeno, fue un viaje de infierno”.
El vuelo cubría la ruta Portland-Oregon, California el viernes 5 de enero por la noche.
“Miré a mi izquierda y había un trozo enorme, una pieza del avión desaparecida”, declaró Elizabeth Lee, mientras que Stan Sigstad dijo que sintió “que el viento golpeaba hacia adelante, y luego volvió a mí, me golpeó en la cara”.
De acuerdo con los testimonios, a pesar del pánico que supone la situación, los pasajeros mantuvieron la calma, no hubo gritos, sin importar lo que veían y escuchaban.
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“Dijeron que había un niño en esa fila al que la presión le arrebató una camisa y la hizo volar, su madre estaba sujetándolo para asegurarse de que no se lo llevara”, afirmó Evan Smith.
El aterrizaje de emergencia, de acuerdo con la Agencia Federal de Aviación estadounidense, se solicitó por un problema de presurización. La solicitud quedó registrada en una grabación.
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Miembro de la tripulación: Acabamos de despresurizar, estamos declarando una emergencia, necesitamos descender a 10.000.
Controlador de tránsito aéreo: Alaska 1282, ¿declaraste emergencia?
Miembro de la tripulación: Sí, tenemos una emergencia, estamos despresurizados, necesitamos regresar, tenemos 177 pasajeros.
Alaska Airlines se comprometió a que ningún avión Boeing 737-9 volverá a volar hasta que se hayan completado todas las inspecciones de mantenimiento y seguridad.
Entre tanto, la FAA ordenó la "inmovilización temporal" de determinados Boeing 737 MAX 9 operados por aerolíneas estadounidenses o en territorio estadounidense tras el incidente. Informó que en breve se emitirá una Directiva de Aeronavegabilidad de Emergencia (EAD) que requerirá que los operadores inspeccionen las aeronaves antes de realizar nuevos vuelos.
"Las inspecciones requeridas durarán entre cuatro y ocho horas por avión", apuntó la agencia federal, que estimó en 171 los aviones afectados en todo el mundo.