Los ganaderos dejaron sus granjas y tomaron las calles de ciudades de Nueva Zelanda el jueves para protestar contra los planes del gobierno de crear un impuesto sobre las emisiones de gases de invernadero provocadas por el ganado.
Tractores, todoterrenos y vehículos de granja perturbaron el tráfico en ciudades como Wellington y Auckland contra lo que ha sido llamado como el impuesto de "los eructos y los pedos".
A comienzos de mes, la primera ministra de centro-izquierda, Jacinda Ardern, presentó una ley para gravar los gases de efecto invernadero emitidos de forma natural por los seis millones de vacas y los 26 millones de ovejas.
Miles de granjeros se reunieron en Wellington el jueves con pancartas asegurando que la política "apesta" y advirtiendo que este impuesto encarecerá los alimentos.
Publicidad
"Muchos ganaderos ya han tenido suficiente", dijo en Wellington un manifestante que solo dio su nombre, Chris. "Es difícil continuar criando ganado y este gobierno no nos respalda", añadió.
Los animales producen de forma natural metano y óxido de nitrógeno. Los científicos opinan que cerca de un 30% del aumento global de las temperaturas se debe al metano.
Publicidad
Ardern dijo que el impuesto era necesario para cumplir los objetivos climáticos y que incluso podía beneficiar a los granjeros si cobraban más por cumplir con estándares medioambientales.